Los frecuentes asaltos que sufren pescadores en sus faenas frente al perfil costero requieren una intervención urgente de la Policía y la Armada, entidades que están llamadas al control en los espacios acuáticos.
La actividad pesquera artesanal concentra a miles de personas en el litoral del país, donde hay más de 130 caletas pesqueras.
Manabí es una de las provincias con mayor número de puntos de descarga de pesca.
Los pescadores se quejan de que no hay controles ni seguridad para ellos.
Con frecuencia, los asaltantes, a los que denominan piratas, los atracan en altamar. Les roban los aparejos de pesca y los motores fuera de borda que para ellos son costosos y difíciles de conseguir.
En ocasiones, incluso, los asesinan por resistirse a los asaltos.
Se ha establecido que los motores son los preferidos por el alto valor que tienen en el mercado.
Cada pescador tiene que registrarlos a su nombre, pero, evidentemente, esto no es garantía suficiente.
A pesar de que el porte de armas está prohibido en el país, la delincuencia en el mar lo hace sin problemas.
En aras de que estos ataques no queden impunes y, por tanto, que no proliferen, es necesario que se fortalezca la vigilancia marítima, incluso con abordajes a embarcaciones sospechosas.
Editorial de El Diario publicado este martes 24 enero del 2023 en nuestra edición impresa.