La combinación de oleajes y aguajes, relacionados con los ciclos del mar, ha causado daños en el perfil costero, lo cual amerita un plan preventivo, sobre todo en la parroquia Crucita, donde los efectos han sido severos.
Este tipo de eventos ocurre varias veces al año. El oleaje proveniente del norte, combinado con la fase de sizigia o máximo aguaje (consecuencia de los ciclos lunares), puede causar afectaciones en la zona costera, dependiendo de la altura y la intensidad de las olas.
En Crucita, la presencia del inconcluso muelle pesquero ha marcado una diferencia entre lo que ocurre al norte y al sur del espigón con los oleajes.
En el sur, el impacto ha sido leve, en tanto que, en comunidades ubicadas al norte, el efecto ha sido mayor, a tal punto que ahora hay siete inmuebles afectados y se ha evacuado a medio centenar de personas.
“Hay que saber cómo lidiar con la naturaleza en casos como este”.
Con mucho acierto, las autoridades se están moviendo para paliar los daños, pero hace falta un plan definitivo para saber cómo lidiar con la naturaleza en casos como este, que se dan con frecuencia.
Hay que saber qué hacer con los estudios fallidos del muelle que, aparte de que incide en la destrucción, no termina por ser útil a los pescadores.
Es menester que el Ministerio de Transporte y Obras Públicas y organismos locales establezcan un plan definitivo a largo plazo para trazar una línea de trabajo en este sentido.
Editorial de El Diario publicado este miércoles 25 enero del 2023 en nuestra edición impresa.