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Para las nuevas autoridades, la eliminación de las llamadas barreras arquitectónicas en la ciudades debe ser parte de los planes de trabajo, pues en algunos cantones, aumentan en vez de disminuir, incluso en la obra pública.

Es necesario que se planifique pensando en la funcionalidad de los espacios públicos y que se obligue a quienes construyen barreras que limitan la circulación, sobre todo de personas con discapacidad, a retirarlas.

La estética no puede primar sobre la utilidad.

Se observa en las calles, por ejemplo, postes, plantas, desniveles, rampas, muros que impiden el paso de las personas con sillas de ruedas o de los peatones.

El uso inadecuado de portales y veredas obliga a los ciudadanos a caminar por la calzada, con el riesgo de accidentes.

Las autoridades municipales deben hacer que las personas respeten los espacios públicos y para ello el control debe ser efectivo.

“La estética no puede primar sobre la utilidad, sobre todo en los espacios públicos”.

Servicios como el transporte público también deben ser amigables con las personas con limitaciones de movilidad.

El uso de dispositivos de control que reducen el paso, la estrechez de las puertas y la excesiva altura de las unidades son obstáculos que también deberían eliminarse, aunque esto demanda de más tiempo.

Es de esperar que en la agenda de los nuevos funcionarios figuren los planes de volver a las ciudades inclusivas.

Que las ciudades sean sin barreras ante la discapacidad.

Editorial de El Diario publicado este martes 21 febrero del 2023 en nuestra edición impresa.