Los aspirantes a la Casa Blanca para las elecciones del 5 de noviembre, el republicano Donald Trump y la demócrata Kamala Harris, se verán hoy las caras.
Será el primero y por ahora único debate pactado entre sus respectivas campañas.
Ambos llegan con el objetivo de decantar a su favor una balanza de intención de voto que se mantiene en empate técnico.
La campaña electoral ha dado un vuelco desde finales de junio, cuando Trump se sentó ante el presidente Joe Biden para librar un cara a cara que supuso el principio del fin de la candidatura del actual inquilino de la Casa Blanca.
Los titubeos de Biden reavivaron el debate sobre su edad, rematado con una serie de lapsus públicos posteriores.
Biden se vio forzado a ceder el testigo a la número dos de la Administración y de la candidatura demócrata. La aspirante comenzó con un fuerte impulso de popularidad y ahora pugna por romper el empate con Trump.
Según una reciente encuesta, el magnate republicano lograría el 48 por ciento de los votos, un punto más que Harris.
La vicepresidenta al menos tiene una ventaja de entre uno y tres puntos en Wisconsin, Michigan y Pensilvania. Mientras que los dos candidatos empatan en Nevada, Georgia, Carolina del Norte y Arizona.
Se trata de los ‘swing states’ que pueden terminar de dar la victoria a uno u otro candidato y que no están decantados de antemano por ninguno de ellos.
Las reglas del debate presidencial
El debate de este martes estará organizado por ABC News, tendrá lugar en Filadelfia y durará 90 minutos.
El principal punto de discrepancia gira en torno al uso de los micrófonos. Esto porque el equipo de Trump era partidario de replicar las normas de junio en CNN, de tal manera que sólo pueda hablar quien tenga el turno de palabra. Mientras que la campaña de Harris abogaba por volver a la norma tradicional.
Los micrófonos finalmente se irán abriendo y cerrando en función de los turnos. Esto en teoría juega en contra de la aspirante demócrata, que confiaba en sacar partido a la habilidad oratoria adquirida durante su etapa como fiscal.
Su equipó lamentó al aceptar las normas que Trump quiera “protegerse” frente al intercambio directo de palabras.
De hecho, el debate entre Harris y el vicepresidente de Trump, Mike Pence, en la campaña previa a las elecciones de 2020 dejó entre las principales anécdotas el malestar de la demócrata ante las interrupciones.
“Señor vicepresidente, estoy hablando. Estoy hablando”, llegó a decir en un momento.
Los medios estadounidenses han dado cuenta en estos últimos días de intensos preparativos por parte de Harris. Ella ha reducido sus actos públicos y organizado incluso simulacros, según CNN.
Trump se burló el sábado en un mitin de la preocupación de su rival, si bien señaló que, pase lo que pase, no recibirá una valoración justa a nivel mediático.
El candidato republicano previsiblemente no se saldrá de su línea dura frente a la que lleva semanas refiriéndose como “camarada Kamala Harris” y culpando de toda una batería de supuestos desastres, entre ellos la llegada de inmigrantes de forma irregular.
Incluso en el seno del Partido Republicano hay quien le piden que deje los aspavientos y aterrice el discurso con alguna propuesta concreta.
¿Será suficiente para Kamala Harris?
Por su parte, Harris llega con más de tres años de Vicepresidencia a sus espaldas pero siendo una desconocida para gran parte del público hasta hace apenas dos meses.
A finales de agosto dio su primera entrevista, donde se vio obligada a justificar sus cambios de opinión política y alegó, por ejemplo, que ahora ya no es partidaria de prohibir el ‘fracking’ para obtener energía.
El debate será en cualquier caso una oportunidad clave para ambos, ya que sus campañas no han pactado ningún otro cara a cara.
Esto a pesar de que Trump ha retado a Harris a celebrar otros dos encuentros este mismo mes.
Queda por ver si después del martes alguna de las dos campañas cambia de opinión y reclama o reniega de nuevas citas, teniendo en cuenta la importancia de lo que está en juego.