El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, decretó la intervención federal en el área de la seguridad de Brasilia.
Esta medida es tras tras el caos provocado por miles de seguidores radicales del exmandatario Jair Bolsonaro.
Lula nombró como interventor a Ricardo Capelli, secretario general del Ministerio de Justicia.
Él será el responsable de toda el área de seguridad en la capital hasta el próximo 31 de enero y estará subordinado directamente al presidente.
Con la intervención, los órganos de Policía de la capital pasan a estar controlados por el interventor, que a su vez solo responde ante Lula.
El interventor tendrá poderes para requerir fondos y bienes a disposición del Gobierno regional del Distrito Federal de Brasilia para desempeñar sus funciones, según un decreto leído por Lula.
En una declaración a la prensa, Lula dijo que quien debería haber estado a cargo de la seguridad en Brasilia “no hizo” sus funciones.
El mandatario también criticó duramente a los “fascistas” que invadieron las sedes de los tres poderes y causaron destrozos en los edificios.
Agregó que los radicales han sido “estimulados” por el exgobernante y que “pagarán con la fuerza de la ley” por los disturbios provocados, así como aquellos que los han financiados.
Lula se encontraba este domingo en Araraquara, en el interior del estado de Sao Paulo, para conocer los daños provocados por las fuertes lluvias de los últimos días en la región.