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José Francisco Morán viajó 280 kilómetros para convencer a su expareja, Aidé Tapia, que regrese con él, pero, al no lograrlo, la mató.Él viajó desde el cantón Ventanas, en la provincia de Los Ríos, hasta Manta. Ante la negativa de ella, la atacó con un tubo. La golpeó varias veces en la cabeza hasta terminar con su vida. Los golpes fueron escuchados por una vecina, quien relató los hechos a La Marea.

“Estaba trabajando en la computadora y escuché un estruendo contra la pared que divide el lugar donde yo estaba con la casa de mis vecinos. Luego gritos de una mujer pidiendo ayuda. Decía: ‘Llamen a la Policía’, ‘auxilio’, ‘me matan’; dejé lo que estaba haciendo, llamé al 911.

En un momento llegó el silencio, luego gritos nuevamente.
Comencé a temblar de miedo, pero sobre todo de impotencia. Subí a la terraza y volví a llamar al 911, me dijeron que ya estaban atendiendo la emergencia, pero la ayuda no llegaba. Minutos después un policía apareció.
Fuera de la casa vi a unas cuantas personas contemplando la vivienda y, al igual que yo, con el celular, quizá llamando a emergencias.
En la primera llamada la mujer que estaba al teléfono me preguntó si la agresión era dentro o fuera del hogar.

En alguna ocasión me enteré de que, si la agresión era dentro de la vivienda, la Policía no podía hacer mayor cosa, así que dije que era en un terreno baldío.
Pero, ¿qué importa si es dentro o afuera de un domicilio? Agresión es agresión.

Tenía la esperanza de que la mujer estuviera viva y pensaba en la necesidad de sentir algún superpoder para ayudarnos, para protegernos, para que esto no pase. Sentía rabia. Lloré.

Las redes sociales se encargaron de contarme el resto, y siento impotencia por no salvarla. Este es el año más violento para la mujer en Ecuador y el sistema no hace nada”, relató la vecina.

> Caso. El cadáver de Aidé iba a ser llevado a su natal Ventanas, desde donde había salido hace dos semanas tras separarse de su esposo. José Francisco, tras cometer el hecho, se entregó en la Unidad de Policía Comunitaria (UPC) del barrio La Florita y confesó el femicidio el sábado al caer la noche.