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En cinco meses, el saco de urea pasó de costar 18 a 43,75 dólares, lo que representa un incremento de cerca del 140%.

Como van las cosas, hasta diciembre el precio podría llegar a 55 y 60 dólares.
Eso es lo que le han dicho los importadores a César Celorio, propietario de Agroquímicos Paco en Portoviejo, quien menciona que no es lo único que ha subido de precio, pues lo mismo ha ocurrido con los herbicidas que se usan para el control de maleza.
El litro de glifosato que costaba $3,50, ahora cuesta 8 dólares; el paraquat estaba en $5, ahora está en $8,50; mientras que el litro de amina costaba $4, ahora cuesta 7,50 dólares.
“Y siguen subiendo”, comenta Celorio, al explicar que los insecticidas y plaguicidas que se usan para el control de plagas, el incremento ha sido mínimo.
Celorio menciona que el alza de precios en los productos agrícolas inició entre abril y mayo de este año y se ha venido dando de manera paulatina. Quienes más sienten el incremento son los agricultores.
Manuel García es un agricultor del sitio El Limón, de Portoviejo. Dice que los precios suben cada año, pero esta vez “se han disparado tremendamente porque han subido al doble”.
Ese aumento ya les empieza a preocupar, pues para sembrar una hectárea de maíz en la vía Colón – Quimís, donde tiene su finca, por lo menos debe utilizar seis sacos de urea. Si antes gastaba 108 dólares, con el precio actual deberá invertir 262,5 dólares.
“No más en urea, porque allí viene otra clase de abono”, recalca García, al explicar que si antes invertía 600 dólares en insumos por cada hectárea, calcula que la inversión será de entre 900 y 1.000 dólares. A eso deberá sumarle el pago de la mano de obra.
“¿Cómo vamos a sobrevivir? Por suerte este año el maíz se ha mantenido de precio (entre 15 y 18 dólares), pero después suele estar entre 10 y 12 dólares”, comenta.

MÁS PRODUCTOS. El alza de precios también se siente en repuestos de vehículos y lubricantes, cuyo incremento es entre el 5 y 10%, según varios locales consultados.
Lo mismo ocurre con los neumáticos y baterías.
Carlos Giler, del local Porto Llanta, indica que esto ocurrió hace dos meses en los productos importados.
Así, una llanta radial aro 14, que costaba 62 dólares, ahora cuesta $68.
Los artículos para el hogar importados, al igual que los materiales para la construcción como el acero, también cuestan más.
Rolando Zambrano, propietario de Ferizam, menciona que la materia prima de los materiales de construcción, en su mayoría es importada.
“El golpe más grande es entre el bronce y los derivados del acero (hierro)”, señala, al indicar que esto se ha dado porque las fábricas de China estaban produciendo menos, y recuperar los niveles para la demanda a nivel mundial toma su tiempo.
Por eso, una varilla de 12 milímetros pasó de 10 dólares a $13; mientras que un rollo de cable (bronce) que costaba $38, ahora cuesta 55 dólares.
Juan Palma, supervisor del almacén Fátima Pin, señala que lo mismo ocurre con la cristalería para el hogar que subió un 10 y 12%. Una cevichera que costaba $2,50 subió al 100% y está en 5 dólares.

CAUSAS. Palma, al igual que Celorio, coincide en que el alza de los productos se está dando por los altos costos de la transportación en las navieras, pues mover un contenedor antes costaba entre 2.500 y 3 mil dólares, pero ahora cuesta $15 mil (400% más) y se presume que hasta diciembre podría subir a 20 mil dólares.
Además, en China los cupos son limitados por la falta de barcos y contenedores.
“Por ejemplo, si yo quiero importar, tengo que separarlo con tiempo. Si sale uno en $14 mil, el que quiere lo paga”, comenta Palma, al indicar que eso es lo que le han dicho los importadores.
A eso se suma que los contenedores que traían mercadería antes se iban llenos de productos ecuatorianos, pero ahora se van vacíos, lo que encarece también el costo de importación.

RAZÓN. Según medios internacionales, en octubre, China cerró el tercer puerto más activo del mundo (Ningbo-Zhoushan) a causa de un positivo por coronavirus, lo que paralizó las transacciones, provocando que millones de productos sufrieran demoras en su distribución a nivel mundial, entre los que constan artículos navideños.