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Ella eligió la droga; a su hijo, de un año, lo abandonó.

Pero en el camino del pequeño Cristhian José aparecieron dos ángeles: María y Carlos.
Ellos lo rescataron para darle un hogar.

Carlos es obrero, y María, ama de casa; y, aunque el sueldo de él es poco, no dudaron ni un segundo en acogerlo.

Ellos ya tenían dos niñas y muchas necesidades, pero inmediatamente dijeron sí a ser padres por tercera vez.

“Yo tengo corazón de madre y me dolió verlo así, en la situación extrema que estaba. Tenía erupciones en la piel, no caminaba, y un absceso en la cabeza”, recuerda María Pico.

Estos padres adoptivos ahora luchan por darle salud al niño, quien enfrenta varias enfermedades graves.
Cuando se enferma o necesita medicina, estos padres hacen hasta lo imposible, aunque el dinero no les alcanza.

“Dios nunca nos abandona. Seguimos guerreando para que él salga del problema que tiene”, comentó Carlos Baque.

El año pasado el niño tuvo que ser internado en el hospital, y estuvo un mes y dos días en tratamiento.

La droga la provocó enfermedades

Allí le detectaron microcefalia, hipopituitarismo (insuficiencia hipofisaria), estrabismo, soplo al corazón, retraso psicomotriz y otras enfermedades que deben confirmar con algunos exámenes que necesitan hacerle, pero por falta de recursos no han podido aún hacerlo atender.

Carlos y María han organizado bingos, rifas y otras actividades para cumplir con algunos de los tratamientos.

“Yo le pido a Dios que le dé fuerzas, porque cuando le dan esas crisis el coranzoncito le late muy fuerte, y tengo miedo de que se pueda quedar”, dice Carlos Baque.

Ahora mismo están recogiendo para hacerle una resonancia magnética al niño. Necesitan aproximadamente 150 dólares.

“A uno le parte el corazón verlo así, porque él llora y llora”, dice el padre.

También quieren lograr una cita con un alergólogo particular, porque en el hospital de Manta ya no hay citas para este año con ese especialista.

“En el hospital es algo difícil, porque los doctores lo que dicen es no hay consulta, ‘venga el otro mes’, y el niño necesita atención urgente”, comentó Baque.

El número de contacto para cualquier ayuda es 098747-2355.

“Quienes quieren donar 50 centavos, un dólar, es bienvenido”, dijo este padre de familia.

Cristhian José tiene actualmente el peso y tamaño de un niño de un año, aunque ya tiene 3.

El pequeño casi no habla y recién comenzó a caminar este año.

“Me dice ‘mamá’, eso es lo que me da fortaleza para seguir”, dice llorando María Pico.

Desde el primer día pasó a ser parte de la familia. Actualmente ya le están saliendo sus dientes y dice “mamá”, “papá”, “ñaña” y “agua”, destaca María.

Ella dice que Cristhian se hace querer de todo quien lo conoce. Es muy alegre, cariñoso, resume.

“A las dos niñas de la casa les dice ‘ñaña’”, dice con orgullo María.
Ellos viven en el barrio 5 de Agosto de Manta.

La madre biológica del niño es adicta a la droga y lo abandonó. Del padre biológico nunca se supo quién era.