En la década de los 80 y principios de los 90, la verruga peruana tuvo presencia en Manabí y Zamora Chinchipe, pero el hallazgo se habría dado de manera inesperada, razón por la que especialistas indican que la ciudadanía no debe alarmarse.
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De acuerdo a Melba Morales, analista de vigilancia de la salud del Ministerio de Salud Pública (MSP), en la década de los 90 se conoció sobre uno o dos casos con síntomas leves y aquí además fueron descubiertos al azar.
Por su parte, la dermatóloga Geovanna Gutiérrez dice que estos casos no son desconocidos para ella. Cuenta que en 2017 trató al menos diez personas con verruga peruana, cuando trabajó en un hospital público de Portoviejo.
“En Manabí existe todavía, es endémica. Es una bacteria que transmiten unos mosquitos y al picar a la gente le inoculan y se desarrolla la enfermedad en la piel. Hay muchas publicaciones médicas, pero como no se ve, siempre se hace bulla”, asegura Gutiérrez.
De acuerdo a los especialistas, el tratamiento puede ser de hasta tres meses con antibióticos y no es mortal porque actualmente no se producen complicaciones como, por ejemplo, la anemia.
Actualmente, el MSP con muestras de tejidos de un paciente de Guayaquil, que presuntamente tendría la enfermedad, realiza procesos histopatológicos para conocer si es compatible con la bacteria Bartonella baciliforme, transmitida por el mosquito Lutzomya (verruga peruana).