La Fiscalía General del Estado hizo público este martes su “enérgico rechazo” a la situación de violencia en la que se encuentra Ecuador, “que todos los días cobra víctimas mortales” y que la noche del lunes terminó con la vida de un agente fiscal de la provincia de Los Ríos.
Tras sufrir un atentado, el agente fiscal fue trasladado a una casa de salud con pronóstico reservado, y posteriormente falleció.
La Fiscalía reiteró su compromiso con la ciudadanía de brindar el acceso a la justicia, “a pesar de este y otros atentados sufridos por servidores y trabajadores de la Institución, además de varios intentos de amedrentamiento, con la clara intención de intimidarlos debido al cumplimiento de sus funciones”, indicó en un comunicado.
“Es necesario que el país cuente con una estrategia efectiva para luchar contra todo tipo de delincuencia y prevenga la muerte diaria de personas inocentes y que las instituciones trabajemos en el marco de sus competencias en beneficio de la ciudadanía”, añadió.
En este sentido, la Fiscalía formuló un llamamiento a todas las funciones del Estado para trabajar de manera conjunta contra el crimen y evitar la pérdida de más vidas.
RECIENTES HECHOS VIOLENTOS
El comunicado circuló en momentos en que la Policía investiga los hechos en torno a una explosión perpetrada el domingo en un barrio de la ciudad portuaria de Guayaquil, que dejó 5 fallecidos y 17 heridos, 2 de ellos en estado crítico.
Según el ministro del Interior, Patricio Carrillo, en el atentado se usaron explosivos de fabricación casera elaborados con base en sustancias químicas y descartó la utilización de granadas o dispositivos de uso policial o militar, como se había rumoreado en redes sociales.
“Lo que más nos preocupa es la capacidad que están teniendo para construir estos elementos de manera casera. Estos son aficionados que han aprendido desde las ciencias, desde la química. Lo que se utilizan son elementos caseros, entre esos acetona”, dijo.
La potencia del explosivo colocado en la calzada junto a una vivienda del barrio Cristo del Consuelo generó un orificio de 1,6 metros de diámetro, de 36 a 40 centímetros de profundidad y cuya onda expansiva llegó a entre 60 y 70 metros, explicó.
La deflagración mató a dos mujeres y un hombre en el sitio del siniestro, mientras que otras dos personas fallecieron en los hospitales a los que fueron llevados por los servicios de asistencia.
ESTADO DE EXCEPCIÓN
Las autoridades presumen que el atentado estaba dirigido contra un sujeto conocido con el alias de “Cucaracha”, así como contra otro conocido como “Junior”, que al parecer tienen relación con la denominada banda “Tiguerones”, vinculada al microtráfico de drogas y a las masacres perpetradas durante los últimos dos años en varias cárceles ecuatorianas.
Tras la explosión, el Gobierno decretó el estado de excepción en la ciudad de Guayaquil, capital de la provincia del Guayas.
En ese marco, el Ministerio del Interior indicó el lunes que tras unos allanamientos realizados por la Policía, en Nueva Prosperina, “se detuvo a dos ciudadanos en posesión de explosivos, similares a los utilizados en el atentado de Cristo del Consuelo”.
“Vamos a descubrir las actividades que están detrás de la violencia terrorista en Guayaquil”, escribió en su cuenta de Twitter.
Para Carrillo, el estado de excepción “ha permitido contener la tendencia creciente de la violencia y facilita la articulación directa entre Policía, las Fuerzas Armadas y la Fiscalía”.
El lunes, en el barrio Flor de Bastión, de Guayaquil, cuatro delincuentes asesinaron a tres personas cerca del mediodía bajo modalidad sicariato. “Con el Estado de Excepción, la Policía ingresó de inmediato al lugar para recoger indicios”, señaló el Ministerio.