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Desde que era niño, ‘Riky’ dice que su familia le enseñó a valerse por sí solo, y por eso cree firmemente en que la discapacidad “está en la mente”.  

Él no tiene brazos, y una de sus piernas es más corta que la otra, pero eso no impide que le sonría a la vida.  

Su nombre es Freddy Ricardo Carrasco, tiene 35 años de edad y conduce una moto con tanta facilidad que parece que no tuviera nada.

Pero eso no es todo. También se las arregla para cocinar, ser DJ y hacer contenido para redes sociales, donde publica videos con mensajes motivadores.

“Todo se puede”, es la frase que repite siempre.

‘Riky’, como lo conocen sus amigos y familiares, habla de su discapacidad.

Recuerda que su madre le contó que cuando estaba embarazada de él, ella no lo sabía, y había tomado desparasitantes.

Eso, dice, provocó complicaciones en su crecimiento e hizo que naciera con algunas partes de su cuerpo incompletas, como sus brazos. “No es algo hereditario”, insiste.

Asegura que, pese a todo, sus padres nunca lo trataron como alguien con discapacidad, siempre le dijeron que él podía hacer de todo, y es gracias a eso que puede cambiarse solo y alimentarse por su cuenta.

“Nunca me criaron como un niño mimado; al contrario, me incluían en todo y me enseñaban que las cosas debía hacerlas por mi cuenta, por eso no siento que tenga discapacidad”, indica ‘Riky’, quien vive en la parroquia rural Valle Hermoso, pero siempre se traslada a Santo Domingo, donde tiene muchos amigos.

Riki no tiene miedo a nada

Él no le huye a nada, recuerda que cuando tenía 7 años de edad sus hermanas le ayudaron a aprender a manejar bicicleta, y hoy es todo un experto.

A sus 12 años aprendió a conducir carro, y poco después, moto, su vehículo preferido, pues dice que lo hace sentir libre y anda más rápido.

El hombre asegura que, como todo ser humano, ha tenido caídas, “pero lo importante es saber levantarse y así lo he sabido hacer”.

Ahora todos lo miran cuando lo ven subido en una moto conduciendo.  

‘Riky’ va a todos lados, incluso hace viajes de varias horas, como a Quito o Ambato. No tener brazos no le ha impedido hacer su vida libremente.  

En su niñez no era consciente de lo que tenía, por eso sus compañeros de escuela le hacían bromas que él las dejaba pasar.

Sin embargo, cuando empezó la adolescencia las cosas fueron cambiando, pero para ese entonces ya sabía hacer la mayoría de oficios por su cuenta y entendió que era capaz de seguir adelante ante cualquier obstáculo. Para comer y tocar guitarra usaba sus pies. Y lo  hacía a la perfección.  

Luego aprendió a usar la computadora, y ahora también se desenvuelve sin problemas en la pantalla de un teléfono celular.  

Con dificultades, pero sigue adelante

Cuando él ve una persona pidiendo caridad en las calles, piensa un momento y dice: “Cómo quisiera tener la suerte de esa persona, que tiene sus brazos y piernas, para conseguir un trabajo”, esto porque a él se le ha complicado obtener un espacio laboral.

Cree que, más allá de su condición, no consigue un trabajo porque las personas tienen miedo de que sufra algún accidente, “pero puedo intentarlo todo”, afirma.

Por ahora se dedica a crear contenido, además de participar en varias actividades, pues aprendió a ser DJ. En sus redes sociales está como ‘Riky Pastelito’.

Sonríe al confesar que ese es un apodo que le han colocado quienes lo conocen porque es “una persona cariñosa”.

Como último mensaje, les dice a las personas que “el querer es poder; si yo así puedo, tú también puedes”, enfatiza.