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Por medio de frutas falsas, dentro de madera, entre cajas de camarón, banano, cereales, chatarra o incluso en botellas de té, el narcotráfico ha hecho del puerto de Guayaquil (Ecuador) uno de los grandes trampolines para “exportar” toneladas de cocaína bajo múltiples formas desde Suramérica a Europa y Estados Unidos, principalmente.

Estos métodos se reinventan ante el aumento de las incautaciones que realiza la Policía Antinarcóticos de Ecuador y que han puesto a Guayaquil en el mapa mundial de las rutas del narcotráfico por la masiva salida de cocaína.

En lo que va del 2022, la Policía ha incautado 112 toneladas de droga en todo el país, 43 de ellas en las cinco terminales portuarias que operan en este puerto fluvial situado en el río Guayas, desde donde se moviliza más del 85 % de la carga de exportación no petrolera de Ecuador.

En la terminal más grande, administrada por la empresa Contecon, se han decomisado 21 toneladas dentro de contenedores listos para salir.

“Es un punto estratégico para las organizaciones, ya que quieren aprovechar el envío de contenedores para hacer exportaciones ilegales”, confirma a Efe el teniente coronel Darwin Sangoquiza, jefe de la Policía Antinarcóticos en la Zona 8, jurisdicción a la que pertenece Guayaquil, la segunda ciudad más grande de Ecuador.

“Diariamente se exportan más o menos 500 contenedores y, mientras más contenedores contaminados se envíen, es mejor para ellos”, agrega el oficial.

El “gancho ciego” es la modalidad más conocida, “cuando el contenedor sale a cargar productos y las organizaciones hacen un desvío en complicidad con el conductor, rompen los sellos, abren las compuertas, colocan maletas con alcaloide y vuelven a cerrar para llevarlo al puerto”, detalla Sangoquiza.

Además, las bandas crean empresas ficticias que “realizan dos o tres exportaciones lícitas, donde no mandan droga, y en el tercer o cuarto envío ya están enviando”, o también contaminan los contenedores desde lanchas que esperan el paso de los buques en alta mar o desde canoas que ingresan a los barcos que están atracados.

Otras veces, con ayuda de personal del puerto, colocan droga en el piso del contenedor, en el techo, en las paredes o en los agujeros de refrigeración después de que ha pasado alguna revisión policial.

PAÍS EXPORTADOR DE DROGA

Según el último Informe Mundial sobre Drogas de las Naciones Unidas, Ecuador es el tercer país del mundo, detrás Estados Unidos y Colombia, en el que más droga se incauta, y el puerto de Guayaquil es el segundo punto de partida más importante del Pacífico para el envío por mar de cocaína fuera de América del Sur.

“El dato importante es que Ecuador dejó de ser un país de tránsito y es considerado un país de exportación y en donde el lavado de activos se va haciendo presente producto de estas economías ilegales”, dijo el ministro del Interior, Patricio Carrillo, tras la publicación del documento.

En los últimos años, Ecuador ha roto récords en incautación que, según las previsiones de la Policía, se volverán a romper este 2022. En 2020 se decomisaron 128 toneladas y en el 2021 fueron 210.

INSPECCIONES AL AZAR Y CON INTELIGENCIA

Dentro del puerto, algunos contenedores son revisados al azar por la Policía y otros con base en alertas de inteligencia. Se abren en presencia de representantes de las empresas a las que pertenece la carga y, luego de una inspección manual, perros entrenados ingresan para detectar si no hay nada camuflado.

“Estamos revisando hasta un 40 % (de los contenedores), por eso el éxito en la incautación”, precisa Sangoquiza. Sin embargo, según un reciente informe del Departamento de Estado de Estados Unidos, “la Policía, el Ejército y el sector judicial carecen de recursos suficientes para enfrentar efectivamente el crimen transnacional”.

Mientras, desde el sector privado, Contecon ha invertido más de 15 millones de dólares en equipos de identificación biométrica, sistemas de control de accesos, cámaras y tecnología para digitalizar y automatizar todo el proceso operacional de la terminal.

Esta compañía también ha firmado con el Gobierno un convenio de 10 años para apoyar a la Policía Antinarcóticos y se encuentra en el proceso de adquisición de escáneres de contenedores.

ESPIRAL DE VIOLENCIA

El puerto está ubicado en el sur de Guayaquil, un territorio muy disputado por las bandas delictivas y que ha sido intervenido por los militares en múltiples ocasiones. En casas o bodegas de esta zona se esconden grandes cantidades de droga que los narcotraficantes intentan ingresar al puerto por contenedores o por el río Guayas.

En los últimos 10 años, este sector es con diferencia el que más muertes violentas ha acumulado en toda la ciudad, con 757. Según la Policía, cada vez más asesinatos, entre los que hay trabajadores del puerto, están relacionados con el tráfico de drogas.

Sangoquiza cree que para enfrentar esta crisis debe haber una “articulación estatal, (..) hace falta que la Fiscalía y jueces hagan lo que tienen que hacer y sentencien”.

Esta espiral de violencia tiene su peor versión en las cárceles, donde desde 2020 han muerto más de 400 presos en distintas matanzas causadas por enfrentamientos entre bandas rivales que se disputan el control interno de las prisiones y que tienen vínculos con el narcotráfico, según las autoridades ecuatorianas. EFE