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Han pasado nueve días desde que las amigas Nayeli, Denisse y Yuliana fueron halladas sin vida y para los familiares hay más preguntas que respuestas.

¿Por qué las mataron? ¿Quiénes cometieron el atroz crimen? ¿Con quiénes estuvieron en sus últimas  horas? Son algunas de las incógnitas que mantienen en vilo a sus familias y trabajando a la Policía y Fiscalía.

Lo que se conoce, tras más de una semana del triple asesinato, es que se investiga bajo un protocolo específico y que existe un carro retenido.

La Fiscalía aplica el Protocolo para Investigar Femicidios y otras Muertes Violentas de Mujeres y Niñas, el cual se adoptó en casos similares desde noviembre del 2021.

“Están trabajando en equipo (Policía) Quito, Esmeraldas y Santo Domingo para descubrir a los autores del crimen”, dijo Paulina Rueda, tía de Yuliana, una de las víctimas.

Las chicas oriundas de Santo Domingo fueron reportadas como desaparecidas desde que el martes 4 de abril salieron de viaje con destino a Esmeraldas, donde se presume que Yuliana, quien era cantante, tenía prevista una presentación artística, además irían a la playa.

Dos días después, el jueves 6, sus cadáveres fueron localizados por unos pescadores en un hueco a orillas del río Esmeraldas, a 45 minutos de Quinindé, en el sector Valle del Sade.

Sus restos estaban enterrados, presentaban signos de tortura y heridas de arma blanca en distintas partes.

Les habían hecho un corte en el cuello, también tenían moretones en las piernas.

Sus rostros estaban desfigurados, como si le hubiesen puesto algún químico para acelerar el proceso de descomposición.

Triple crimen sin respuestas

Días después de la tragedia, los agentes encontraron un carro de color negro, en el que se presume viajaron las jóvenes con unos amigos.

“Tenemos ya el vehículo, está retenido, este fue alquilado en nuestra jurisdicción (Santo Domingo), pero el hecho fue consumado en Quinindé”, dijo el comandante de Policía en Santo Domingo, Joffre García.

Añadió que “el momento que tengamos los elementos de convicción claros los vamos a socializar”.

Las características coincidirían con el auto Sail de color negro que recogió a Denisse, a las 09h00 del martes, en su casa.

¿Quién conducía ese carro? Es otra pregunta que está sin respuestas.

A Denisse la habían invitado a Casa Blanca, un hotel ubicado en Same, en la provincia de Esmeraldas.

Luego se supo que ella y la persona que conducía el auto pasaron recogiendo a Nayeli en una zona de la vía Alóag, pues venía de Quito.

En la tarde, Denisse regresó a su casa junto a su amiga para confirmar el viaje.

En la noche se unió Yuliana, quien comunicó a sus allegados que se encontraría con una amiga.

A partir de ahí todo es un misterio.

Hasta el final

Su voz tiene una mezcla de dolor e indignación, pero Paulina Rueda se siente fuerte.

“Voy a seguir la lucha, hasta las últimas consecuencias, hasta descubrir quiénes fueron los autores materiales e intelectuales en el caso de mi sobrina y de sus amigas”, expresó la conocida activista de derechos humanos que radica en Santo Domingo y que hoy afronta hasta amenazas tras el triple asesinato.

Ella es la tía de Yuliana y coordinadora provincial del Observatorio de Erradicación de Violencia de Género.

Ya son 23 años desde que empezó en la defensa de las mujeres y personas vulnerables.

Cuenta que en ese tiempo han existido casos que la han conmocionado, pero el que más la ha golpeado es el de su sobrina.

“He estado apoyando y dando fuerzas a los familiares de muchas personas, pero vivirlo en carne propia es muy duro, porque yo soy la persona que denunció (la desaparición), estuve muy cerca a mi sobrina porque yo era su representante artística. Hablé con ella hasta las seis, siete de la noche del martes, se iba a presentar en la fiesta Kasama, el sábado”, expresó.

Su lucha por los derechos humanos comenzó en la cárcel, hace 23 años, cuando ingresó como estudiante de Derecho y vio a un hombre golpeado, sin poder levantarse en el piso.

Lo que la motivó

Aquello la conmovió y por ello pidió apoyo a una organización de derechos humanos que había en la ciudad, “me dijeron que me apoyaban y que a la vez sea parte de ellos, desde ahí comencé”.

En sus inicios, incluso, debió enfrentar a su propio padre, porque él era comisario de Salud y retenía a las trabajadoras sexuales que no tenían el carné profiláctico, y para salir de la cárcel ellas tenían que obtenerlo y les costaba dinero.

Muchas no tenían para pagar y pasaban hasta cinco días encerradas.

Así empezó, mientras hacía su vida.

Ella es madre de cuatro hijos, tiene cuatro nietos y es soltera.

Es abogada, mediadora y está por culminar una Tecnología en Administración de Empresas y cursando una Licenciatura en Ciencias Políticas, Administración Pública y Politología.

“Me siento orgullosa de lo que hago, con esto me da más empeño y coraje para salir adelante. Todas las cosas que he hecho me han marcado, pero hasta ahora no comprendo por qué tanta saña con estas chicas”, manifestó.