En las últimas semanas se han registrado varios robos bajo la modalidad de las conocidas “dulces sueños”, en Santo Domingo.
En la capital Tsáchila se ha conocido de varias personas, quienes han sido víctimas de la escopolamina y la delincuencia.
Mario O. reside en la urbanización El Círculo, y contó que hace poco más de una semana pasó un gran susto.
A él lo encontraron inconsciente por el efecto de los “dulces sueños”. Estaba en la sala de su casa en esas condiciones.
Los vecinos y familiares, al ver que pasaban las horas y él no salía, se dirigieron hasta su vivienda para verificar que todo estuviera bien.
De inmediato se comunicaron con la Policía, porque, además de dormirlo con escopolamina, le habían robado varias de sus pertenencias.
Cámaras cercanas a la casa de Mario O. captaron al menos tres personas ingresaban y salían con bultos de la vivienda del hombre.
La Policía de Santo Domingo investiga ese caso, que es el tercero que se reporta bajo esa modalidad en las últimas dos semanas.
La semana pasada una mujer llegó adormecida a su casa, sin su billetera y sin su celular.
Según una fuente policial, ella salió de su trabajo en el centro de la ciudad y se dirigía a su casa al finalizar la jornada.
Pero, al ver que no llegaba, salieron a buscarla y sus parientes la encontraron a pocas cuadras de ahí.
Estaba totalmente desorientada, con evidentes síntomas de haber sido afectada con una sustancia estupefaciente.
Otro caso se reportó en la cooperativa de vivienda Rumiñahui, hace dos semanas.
Ahí dos adultos mayores fueron escopolaminados por una mujer que se hizo pasar por funcionaria pública del MIES.
La Policía Nacional recomienda a los afectados poner las denuncias y evitar el contacto con personas desconocidas en la calle.
El modus operandi de los “dulces sueños” es suministrar sustancias adormecedoras a las víctimas.
Lo hacen en bebidas, al tocarlos o haciéndoles oler la escopolamina. Siempre con el fin de robar.