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Los gatos caseros suelen establecer, con el resto de felinos interacciones de juego, frente a las guiadas por el espíritu de lucha.

Conocer esas interacciones puede ayudar a los propietarios a distinguir entre el juego y una auténtica pelea.

Además, existe un grupo intermedio, cuyo comportamiento es una mezcla de los dos anteriores.

Todo esto, según un estudio firmado por investigadores eslovacos y británicos que publica Science Advances.

El equipo coordinado por Noema Gajdoš-Kmecová, de la Universidad de Medicina Veterinaria de Kosice (Eslovaquia), evaluó 105 vídeos.

Allí había interacciones entre 210 animalitos, videos obtenidos de YouTube y directamente de propietarios.

Los autores describieron a más de la mitad de los felinos (56,2 % o 118 gatos) como juguetones en su interacción.

Además al 28,6% (60 gatos) como agonistas (espíritu de lucha) y al 15,2 % (32) como intermedios.

A partir de las observaciones iniciales, los autores establecieron seis categorías de comportamiento:

Como la lucha, la persecución y la vocalización, para agrupar a los felinos en función de la frecuencia y duración de esos factores.

Cuatro de los firmantes del estudio revisaron los datos e idearon tres grupos para definir las interacciones entre gatos: “juguetonas” (interacciones amistosas); “agonísticas” (interacciones agresivas o con espíritu de lucha) e “intermedias” (mezcla de comportamientos juguetones y agresivos).

Al comparar los grupos de comportamiento de los gatos con los tres grupos de interacción, los autores vieron:

Que el comportamiento de lucha entre gatos estaba más estrechamente asociado con el grupo juguetón.

Y, mientras que la vocalización y la persecución lo estaban con el grupo agonista.

El grupo intermedio, aunque se observó que presentaba características de ambos, estaba más estrechamente relacionado con el grupo juguetón.

Los gatos del grupo intermedio mostraron intercambios prolongados de comportamientos.

Entre esos tumbarse boca arriba con el vientre hacia arriba, abalanzarse, acechar y acercarse y acicalarse mutuamente.

Distinguir los juegos de los gatos

En ocasiones puede ser difícil distinguir el juego brusco del verdadero agonismo.

Por ejemplo cuando un gato quiere terminar el juego, pero el otro intenta continuar la interacción, lo que puede provocar un comportamiento de lucha.

Los autores sugieren que esta combinación de comportamientos juguetones y agresivos puede desembocar en un encuentro totalmente agonístico.

Pero no refleja necesariamente una ruptura en su relación social, sino más bien un desacuerdo a corto plazo en las prioridades sociales.

Los autores sugieren que identificar la tensión potencial entre las mascotas puede ayudar a los propietarios.

Así ellos pueden gestionar la relación para evitar la escalada y la necesidad de separación. EFE