El presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, retomó este miércoles el diálogo directo con sectores indígenas y sociales con la reflexión de que todos en la sociedad deben hacer un esfuerzo para sacar al país de la crisis y que se lo debe hacer en un ambiente de paz y tranquilidad.

Rodeado de varios ministros y de dirigentes indígenas y sociales en el palacio de Carondelet, Lasso subrayó que el país vive una crisis “económica, sanitaria, moral, y que por lo tanto, todos debemos hacer un esfuerzo por contribuir a que, en un ambiente de paz, de tranquilidad, podamos salir de esta crisis y lograr prosperidad del pueblo ecuatoriano”.

“Es importante reconocernos todos como ciudadanos de un mismo país, como ecuatorianos, como seres humanos, como hermanos en el interés de lograr el bien común de nuestra nación”, dijo el gobernante.

Y comentó que Ecuador es un “país pequeño y pobre, al que le ha costado mucho esfuerzo construir el patrimonio común, el patrimonio publico, de propiedad del pueblo ecuatoriano”.

“Es también un país donde muchos emprendedores, tanto urbanos como rurales, hacen un esfuerzo diario por construir un patrimonio que genere oportunidades para todos los ecuatorianos”.

En función de eso -añadió- el dialogo y la resolución de diferencias en un ambiente de paz y tranquilidad es fundamental “y no exponer el patrimonio público y privado a la violencia o actos que puedan poner en peligro la vida, salud de los ecuatorianos y el fruto de su trabajo diario y bien ganado”.

“No creo que el camino sea la violencia”, recalcó el gobernante al presidir la mesa de diálogo en la que se encontraba, entre otros dirigentes, el presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie), Leonidas Iza.

El jefe de Estado apuntó que, en homenaje a los valores “democráticos, republicanos, de paz y de tranquilidad”, su administración ha invitado al diálogo para insistir en que las conversaciones permitan alcanzar definiciones y acuerdos en beneficio del pueblo ecuatoriano.

Tras sus palabras de apertura de la cita, indicó que luego de la salida de la prensa que cubría el inicio de la reunión, comenzaría el diálogo con los delegados presentes en el palacio de Carondelet, sede del Ejecutivo.

El Gobierno y el movimiento indígena retomaron así el diálogo en una nueva iniciativa para calmar los ánimos tras las protestas populares de finales de octubre.

El retorno a la mesa de negociaciones se produce en un ambiente de relajación y de mayor apertura del Gobierno a la negociación, tras un mes negro en el que Lasso debió afrontar un bloqueo parlamentario, ahora a priori destrabado; el efecto de la publicación de los papeles de Pandora; y las protestas callejeras de grupos sociales entre el 26 y 27 de octubre.

Estas incluyeron una manifestación en Quito, de menor participación a la esperada, y el bloqueo de carreteras en al menos una decena de provincias, pero fueron suspendidas a raíz del viaje de Lasso a la cumbre de la COP26 y a España, así como por un largo puente con motivo del Día de Difuntos y la Independencia de Cuenca.

El pasado 4 de octubre, a una primera reunión entre las partes, asistieron medio centenar de representantes indígenas, en una negociación que terminó de forma “satisfactoria” para el Ejecutivo, pero sin resultado alguno para la Conaie.

En la mesa está aún como demanda prioritaria del movimiento indígena que el presidente reduzca el precio de las gasolinas tras la progresiva subida hace unos meses por un cambio en la fórmula de tarificación, que aplicó en 2020 el entonces presidente Lenín Moreno.

El pasado 22 de octubre, el actual Gobierno anunció una suspensión del alza pero lo hizo por encima de las expectativas de los grupos sociales más fuertes, que pedían parar el incremento según las tarifas de junio.