Los problemas en la educación, originados por el aislamiento y la sorpresiva irrupción de la pandemia por el coronavirus, ha causado preocupantes vacíos en la formación de los estudiantes.
La actual generación de bachilleres y los que saldrán de las aulas en los próximos dos a cuatro años tienen deficiencias en el aprendizaje por los dos años que ha representado una metodología improvisada y de escasa calidad.
No es culpa de los maestros o de los organismos educativos; es que el sistema no estaba preparado para un proceso de formación virtual.
Lo cierto es que los bachilleres necesitan meses, si no es otro año completo, para alcanzar el nivel de formación de los que se graduaron antes y, posiblemente, tendrán mejor nivel de conocimientos que los que se incorporen después.
“El sistema no estaba preparado para un proceso de formación virtual y eso generó vacíos en la educación”.
Puede ser que se agregue un año al proceso, que se creen programas intensivos de nivelación o se establezca alguna otra opción. Cualquier solución puede sonar impopular, pero en el largo plazo es preferible para evitar que los estudiantes lleguen a las aulas universitarias con vacíos que les causarán problemas, mucho más si acuden a universidades del extranjero.
Es necesario que la comunidad educativa busque formas de solucionar este problema para evitar que la formación de los nuevos universitarios se vea afectada por estas deficiencias.
Editorial de El Diario publicado este sábado 29 de enero del 2022 en nuestra edición impresa.