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Las autoridades han dispuesto el retorno voluntario y progresivo a clases, no solamente en la educación básica sino también en las instituciones de educación superior; sin embargo, es todavía una medida apresurada, tomando en cuenta que las cifras de la pandemia han disminuido, pero la amenaza se mantiene.

El Gobierno ha anunciado que vacunará a 9 millones de personas en sus primeros 100 días, pero mientras no se haya cubierto esta meta y no se haya inmunizado, por lo menos, a la mitad de los habitantes del país, no podría garantizarse un retorno seguro a las aulas.

La realidad de las aulas dista mucho de que se trate de espacios seguros”.


Si bajo la vigencia de los toques de queda se vieron casos de indisciplina y desobediencia en la población adulta, podría ser más complejo el control en niños y adolescentes, por ejemplo. Además, la realidad de las aulas dista mucho de que se trate de espacios seguros en los que se garantice el distanciamiento, por lo menos.

En la otra cara de la moneda, la abrupta interrupción de las clases virtuales, el año pasado, puso al sistema educativo en la obligación de improvisar, aun sacrificando mucho del proceso de formación.
La decisión está dada y ahora hay que esperar a que tanto padres de familia como docentes, estudiantes y autoridades se unan en el objetivo común de prevenir al máximo la posibilidad de contagios.

Editorial de El Diario publicado este viernes 4 de junio del 2021 en nuestra edición impresa.