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El país vive una escalada de hechos violentos que atemoriza a la mayor parte de la población. La violencia se sale de los límites.

Esa escalada de violencia hace necesario que el Gobierno radicalice medidas dirigidas a controlar la serie de hechos delictivos.

La delincuencia utiliza métodos cruentos y complejos para atacar, sin discriminar a las posibles víctimas colaterales.

El nivel de peligrosidad es tal que en la ciudadanía existe la percepción de que ni siquiera dentro del hogar se puede estar seguro.

Las recientes matanzas registradas en el país, de las cuales tres han ocurrido en Manabí, demuestran cuánto ha excedido la inseguridad los límites tolerables por la sociedad.

“Existe la percepción de que ni siquiera dentro del hogar se puede estar seguro”.

Y esta falta de seguridad repercute negativamente en la sociedad y además vulnera derechos elementales de las personas.

Si el Estado no determina mecanismos para controlar la arremetida de la violencia contra sus habitantes, se corre el riesgo de que surjan fenómenos sociales negativos como la migración forzada, la formación de fuerzas de choque, el cierre de negocios, entre otros.

La ciudadanía merece vivir en paz y esa debe ser una garantía del Ejecutivo.

Es tiempo de que se comience a trabajar con dedicación en ello.

Editorial de El Diario publicado el sábado 20 de mayo del 2023 en nuestra edición impresa.