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El mantenimiento y la reparación en los planteles educativos es urgente y debe ser una prioridad, una vez que iniciaron las clases en el régimen Costa.

Las inundaciones, la maleza y las plagas son problemas frecuentes que no fueron solucionados del todo.

Tampoco hay una evaluación de las necesidades de mobiliario y equipos, sobre todo en planteles educativos que sufrieron los efectos de la estación lluviosa.

Lo preocupante es que muchos de estos daños podían haberse prevenido.

Preocupa, también, que no se hayan hecho las gestiones a tiempo para evitar complicaciones.

Tiene que haber un sinceramiento en las cifras.

Por un lado, el Ministerio de Educación asegura que los afectados son 52 planteles en la Zona 4, que comprende Manabí y Santo Domingo de los Tsáchilas.

Pero, por otra parte, la UNE, gremio de profesores, afirma que son más de 70.

“Muchos de esos daños pudieron haberse previsto con suficiente antelación”.

Los estudiantes necesitan un ambiente seguro y adecuado para recibir las clases sin limitaciones de mobiliario ni daños físicos que afecten su aprendizaje.

La responsabilidad de que los planteles estén en las mejores condiciones posibles le corresponde al Estado.

Pero también pueden participar en ello los padres de familia y la comunidad.

El año lectivo ya comenzó y se tiene que establecer prioridades para evitar que los niños y adolescentes se vean afectados por un problema que debió ser atendido con antelación.

Baños en mal estado, paredes cuarteadas, techos dañados y espacios llenos de maleza en unidades educativas es lo que más preocupa a los padres.

Editorial de El Diario publicado el miércoles 26 de abril del 2023 en nuestra edición impresa.