Varios planteamientos se han formulado en torno a la situación del puerto de Manta.
Ante esto el Estado -no solo el Ejecutivo- debería conocer todas las posiciones antes de tomar cualquier decisión.
Se trata de un conflicto en el que hay, por lo menos, dos posturas encontradas.
La primera la de varios expresidentes y exgerentes manabitas de Autoridad Portuaria de Manta, y la segunda la del concesionario, Terminal Portuario de Manta.
El debate respetuoso y con todas las aristas posibles debe servir para que se busquen opciones para mejorar lo relacionado al puerto.
Si bien los puertos y los aeropuertos manabitas son parte de una infraestructura nacional, lo ideal es que su administración y control sea local.
Así como también lo debe ser la vialidad, la educación, el agua, entre tantas competencias que el país centraliza.
El centralismo es sin dudas parte del problema.
“No se debe tomar decisiones si antes no se conocen los pormenores y los justificativos”.
Eso sí, lo mínimo que se debería hacer desde el Estado es analizar lo que está pasando, dando oído a todos y proyectar el futuro de la terminal marítima para los próximos años.
Para ello quizás sea necesario hacer ajustes a la concesión actual.
Esto se debe hacer siempre en acuerdo con la concesionaria, en busca de mejoras para todos.
La imposición de posiciones de uno u otro lado no ayuda. Hay que negociar en busca de soluciones.
Editorial de El Diario publicado el domingo 2 de abril del 2023 en nuestra edición impresa.