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Los estados de excepción frente a la inseguridad en algunos sectores de Ecuador no solucionan los graves problemas de violencia en las zonas que, se supone, deberían ser intervenidas.

Por ello, es necesario que el Gobierno cambie la estrategia y busque otras formas de enfrentarla.

Ni siquiera las declaratorias de estados de excepción dentro de las cárceles han podido disminuir, al menos, los índices de violencia en esos recintos que, por su condición, deberían estar controlados.

Ante esto se impone la revisión de los mecanismos de que se dispone para reforzar la seguridad en el país.

Pero sobre todo en las provincias que están consideradas como más peligrosas.

“La ciudadanía se siente insegura y demanda controles más eficientes”.

La declaración de un estado de excepción debe estar acompañada de medidas disuasivas y represivas ante la delincuencia, pero también se tiene que asignar los recursos que se requieren.

El aumento de hechos delictivos, sobre  todo de robos, asaltos y asesinatos, atemoriza a la ciudadanía.

Los ciudadanos demandan controles más eficientes de la fuerza pública y una reacción inmediata frente a los ataques.

Pero esto no compete únicamente a la Policía, sino que debe responder a estrategias y política de trabajo que se definen a otro nivel.

Editorial de El Diario publicado el martes 11 de abril del 2023 en nuestra edición impresa.