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Una vez superada la falta de agua que por más de una semana afectó a los habitantes de Portoviejo, como consecuencia de un problema eléctrico en la planta de tratamiento El Ceibal, es necesario que los técnicos municipales y de Portoaguas se preocupen de diseñar soluciones y un plan emergente que permitan enfrentar futuras emergencias.

El cantón no puede seguir siendo vulnerable frente a inconvenientes como el que se presentó la semana anterior, ni a otros, como la excesiva turbiedad que cada invierno obliga a suspender el proceso de potabilización del líquido vital. Se requiere diseñar un plan emergente.

Hay que pensar en los llamados planes B o plan emergente, que son alternativas que se aplican ante emergencias.

“El mantenimiento y la disponibilidad de sistemas opcionales deben ser una constante”.

Además, se debe buscar el origen de la falla y, de ser preciso, contratar equipos que estén disponibles para aliviar algún problema que se presente a futuro.

Lo ocurrido debe servir de ejemplo a los administradores de sistemas públicos de agua, pues ninguno está exento de inconvenientes como los que se han señalado.

El mantenimiento y la disponibilidad de sistemas opcionales deben ser una constante en los sistemas de provisión de servicios tan elementales como el agua potable.

Para eso sirven los planes de contingencia.

Editorial de El Diario publicado el domingo 4 de junio del 2023 en nuestra edición impresa.