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Es sorprendente ver el divorcio que existe entre lo que quieren las personas que encabezan las organizaciones políticas y las expectativas que tiene el pueblo respecto del proceso electoral próximo.

Los movimientos y partidos políticos proponen volver a candidatizar a los que no encontraron, como clase política, soluciones a los problemas de inseguridad y desempleo del pueblo.

Pero a la ciudadanía, al pueblo, le interesa no repetir los errores del pasado.

Y es que se proponen volver a candidatizar a los exasambleístas que llevaron a la Asamblea Nacional a una crisis total, y lo mismo con el Presidente de la República.

La lealtad a la que aluden es con ellos, no con los pueblos a los que representaron ni con el país.

Esto evidencia que las organizaciones políticas no están sintonizadas con el pueblo, salvo alguna excepción.

Lamentablemente, la corta campaña y la cultura electoral de los ecuatorianos hará que el populismo predomine.

Y hará que la ciudadanía olvide a quienes han sido parte de esta generación de legisladores de mala calidad.

La tarea de los asambleístas y del Presidente de la República es negociar juntos leyes.

y soluciones a los problemas acuciantes del pueblo, más allá de las ideologías y las posiciones de sus partidos.

Repetir los cuadros de la Asamblea Nacional es una burla porque, al igual que el Presidente, han fracasado.