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El Decreto Ejecutivo No. 95, que firmó hace pocos días el Presidente Guillermo Lasso, marca con acierto el derrotero de la política petrolera para los próximos años o, al menos, durante el actual régimen.

Una de las ventajas tiene que ver con el cambio de modalidad de contratos, pues  ya no se trata de prestación de servicios sino de participación, un modelo mucho más atractivo para la empresa internacional, pues ahora los inversionistas participarán en forma equitativa de los dividendos de la explotación petrolera.

Otro acierto es la venta de las gasolineras de Petroecuador, porque no tiene sentido que el Estado administre estaciones de combustibles y compita con la empresa privada.

“Los inversionistas participarán en forma equitativa de los dividendos de la explotación”.

Es destacable que el Gobierno se haya planteado la meta de duplicar la producción petrolera a un millón de barriles diarios. Tal vez tome tiempo, pero el cambio de reglas atraerá, sin dudas, el interés de empresas de todo el mundo. Cuando empezó el correísmo, Ecuador y Colombia producían 500 mil barriles de petróleo.

A la vuelta de 14 años, Ecuador mantiene la cifra, en tanto que Colombia la duplicó gracias a un cambio político. Y es hacia allá que se debe avanzar. El acertado cambio en la política petrolera marcará la ruta para mejorar las condiciones y la economía en el país.

Editorial de El Diario publicado este martes 13 de julio del 2021 en nuestra edición impresa.