Tanto la población como las instituciones deben estar preparadas, con simulacros, frente a la posibilidad de desastres que pudieran ocurrir como consecuencia de eventos naturales o de hechos provocados por personas.
Los simulacros son un recurso idóneo para ello.
En las zonas de riesgo, sobre todo, es preciso que se capacite a la ciudadanía y se realicen ejercicios de rescate y evacuación, de acuerdo con las particularidades de cada lugar.
Los recuerdos del terremoto de 2016 aún están frescos en la memoria colectiva y de esta experiencia se puede rescatar la importancia de la preparación y la respuesta eficaz ante desastres naturales.
Para este año se ha anunciado la presencia del fenómeno El Niño, que trae consigo aumento en las lluvias y temperaturas inusualmente altas, lo que puede tener un impacto devastador en la región y causar pérdidas humanas, daños a la infraestructura y afectar gravemente la economía.
“Hay que actuar en sentido de urgencia, pero también de prevención”.
La realización regular de simulacros es fundamental para evaluar y mejorar la capacidad de respuesta de la población y las instituciones ante situaciones de emergencia.
Proporcionan una oportunidad valiosa para practicar procedimientos de evacuación, coordinación entre entidades gubernamentales y respuesta rápida a emergencias.
Además, sensibilizan a la población sobre la importancia de estar preparados y saber cómo actuar.
Hay que actuar en sentido de urgencia, pero también de prevención.
Editorial de El Diario publicado este lunes 18 de septiembre del 2023 en nuestra edición impresa.