La suspensión este lunes de la línea de alta velocidad (AVE) entre Madrid y Barcelona, por el robo de 600 metros de cable de fibra óptica, generó el caos en las estaciones de tren de ambas ciudades, y afectó a 7.200 pasajeros en pleno agosto, mes en el que se registra un mayor número de desplazamientos por las vacaciones de verano en España.
La suspensión, que provocó retrasos y cortes en 22 trenes, duró cinco horas, durante las que se ofreció a los viajeros alternativas para llegar hasta sus destinos, mientras se trabaja en la recuperación de la línea, según informó hoy la Red Nacional de Ferrocarriles Españoles (Renfe).
La incidencia tuvo lugar en un tramo de la vía situado entre las localidades de Figueres Vilafant y l’Arboç, ambas en la región de Cataluña (noreste), indicó Adif, administrador público español de las infraestructuras ferroviarias.
Horas después la policía regional catalana detuvo a un joven de 19 años relacionado con el robo en una zona de vías cercana al tramo afectado.
Los agentes recuperaron parte del material robado en la línea de alta velocidad y mantienen abierta la investigación por si estuvieran implicadas más personas.