Iglesias católicas han sido quemadas en Canadá en respuesta al descubrimiento de centenares de cuerpos de niños indígenas en exinternados. Hasta la fecha, seis templos han sido consumidos por las llamas desde que se anunció el hallazgo de tumbas.
El reciente descubrimiento en Canadá de la muerte de centenares de niños indígenas que durante décadas fueron enviados a internados gestionados por la Iglesia católica ha llevado a manifestantes a descargar su ira en contra de símbolos de instituciones representativas de la era cuando se aplicaron políticas de asimilación forzosa de los menores aborígenes.
Este jueves, una conocida estatua de la reina Victoria de Inglaterra (1819-1901) fue derribada de su pedestal frente al parlamento de Winnipeg, capital de la provincia de Manitoba, en el centro del país.
Los manifestantes también tumbaron una estatua más pequeña de la actual soberana británica, Isabel II, que se encontraba en un lugar cercano.
Al menos 182 tumbas no identificadas han sido halladas en los terrenos de una residencia escolar en el oeste de Canadá, lo que eleva a más de 1.100 los restos de menores indígenas encontrados en las últimas semanas.
Las tumbas no marcadas han sido localizadas en la antigua residencia escolar de St. Eugene Mission School, en la provincia de Columbia Británica, en el oeste de Canadá, dijo el grupo lower kootenay.
Este descubrimiento se suma al de finales de mayo cuando los tk’emlúps te secwépemc, otro grupo indígena de la Columbia Británica, reveló el hallazgo de los restos de al menos 215 niños indígenas en la antigua residencia escolar de Kamloops.
La semana pasada, otro grupo aborigen de la provincia occidental de Saskatchewan, los cowessess, anunció que habían encontrado 751 tumbas sin identificar en escuela residencial Marieval.