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Los restos mortales de Benedicto XVI fueron introducidos la tarde del miércoles 4 de enero del 2022 en el féretro de madera de ciprés.

Se lo realizó en una ceremonia que tuvo lugar en el interior de la basílica de San Pedro. Quedará así todo preparado para la misa funeral que oficiará mañana el papa Francisco.

Después de los tres días en los que cerca 200 mil personas acudieron a la basílica de San Pedro para dar un último adiós al papa emérito, fallecido el 31 diciembre a los 95 años, fue, como dicta la tradición, introducido en un féretro de ciprés forrado. Este está forrado de terciopelo rojo.

En una ceremonia se leyó el “rógito”, un pergamino en el que está escrita la vida y obras más importantes de Benedicto XVI y que fue después introducido en el féretro.

Posteriormente, cubrieron con un velo de seda blanco el rostro del papa. También se introdujeron en el féretro las medallas acuñadas durante el pontificado. Así como los palios, el ornamento que se lleva sobre los hombros, de cuando fue obispo de Múnich y de Roma. El mismo procedimiento destinado a un papa “reinante”.

Al rito de cierre del ataúd asistieron el secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolin, el decano del Colegio Cardenalicio, Giovanni Battista Re; el arcipreste de la basílica de San Pedro, Mauro Gambetti; el vicario para la diócesis de Roma, Angelo de Donatis, y el presidente de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano, el cardenal español Fernando Vergéz.

También presenció este acto la que ha sido su familia durante los casi 10 años que vivió en el monasterio Mater Ecclessiae, en los jardines vaticanos, tras su renuncia.

Estos son su secretario personal, el arzobispo George Ganswein y las cuatro mujeres de instituto Memores Domini que se han encargado de él durante este tiempo.

Funeral de Benedicto XVI

El ataúd Benedicto XVI está en el interior de la basílica. Allí permanecerá hasta mañana que sea llevado hasta la plaza de San Pedro.

El papa Francisco será el encargo de presidir la misa funeral. Y concelebrada por el decano de los cardenales, debido a los problemas de movilidad del pontífice argentino.

Solo después del funeral, el féretro volverá al interior de la basílica para su sepultura en las grutas vaticanas, donde se encuentran enterrados los papas.