El colectivo trans Lleca organiza por tercer año la campaña “Navitrans“, una recogida de ropa y una cena navideña dirigida a personas que viven en situación de calle.
Lo hacen especialmente para trabajadoras sexuales, y así brindarles compañía durante las fechas decembrinas.
“El 24 de diciembre es una fecha significativa para todas las personas. Al ser parte de la diversidad sexual o trabajadora sexual, muchísimas veces eres rechazado por tu familia”, explicó Victoria Sámano, fundadora del colectivo.
Sámano expuso que, para la recaudación, lo que más necesitan es ropa y cobijas.
Eso, el colectivo trans, repartirá a personas que viven en la calle para que puedan pasar mejor el invierno.
Estas semanas estuvieron repartiendo los donativos entre las personas que tienen localizadas, a las que invitaron a participar en la cena navideña.
El apartamento de Sámano, Ciudad de México, es a su vez un refugio para cerca de una decena de personas trans en situación de calle o trabajadoras sexuales.
Allí también viven Ana Ruiz y Ariadne López, dos jóvenes trans, quienes explicaron que el acompañamiento durante las fechas navideñas es especialmente valioso.
“En esos momentos entramos en calor, convivimos, conocemos a más personas en situación de calle”, indicó Ruiz, del colectivo trans.
Ruiz lleva dos años arropada por el colectivo, pero recordó sus Navidades en soledad y lejos de sus seres queridos.
“Soy trabajadora sexual y no soy de aquí, no tenía familia ni hogar. Vivía en hoteles y estaba sola en la habitación“, relató.
Colectivo trans y un refugio para olvidados del gobierno
En dos estrechas habitaciones y un pequeño salón que ocupa un sofá, una mesa y la cocina, Sámano ofrece refugio de forma habitual a cinco o seis personas trans.
La idea de ofrecer asilo en su casa nació hace dos años como respuesta a la inacción del Gobierno a la hora de garantizar la seguridad de las personas LGBT que viven en la calle.
“Existen albergues para atender a poblaciones callejeras, pero no son seguros para esta población en específico, que tienen necesidades diferentes”, indicó.
Sámano reclamó mayor involucración de las instituciones públicas, para que la dignidad de estas personas no quede a merced de inciativas personales como la suya.
Asimismo, instó a que se incluya a las personas con diversidad sexual en los censos de gente en situación de calle. Ella, en un recuento personal y parcial, localizó a 42 personas LGBT viviendo a la intemperie en la capital mexicana.
Una de ellas era precisamente Ana Ruiz, que conoció a Sámano cuando vivía en un parque y esta le traía condones, comida y ropa.
“Poco a poco nos fue invitando a su casa a que nos bañaramos y a dormir. Hasta que se fue atrayendo a más chicas trans y se formó el refugio”, rememoró.
Ruiz huyó de una familia “muy católica” del céntrico estado de Aguascalientes, que aceptaba su homosexualidad pero no que se vistiera de mujer y hace dos años que se refugia junto a Sámano.
Ariadne López conoció a la fundadora de Lleca en una conferencia para personas con VIH en Aguascalientes y se trasladó a la capital con ella.
“Ha sido un cambio de 180 grados. Hay personas que no tiene y nosotras tenemos de todo, lo básico no nos falta”, dijo.
Y se deshizo en halagos hacia la iniciativa de su acogedora compañera.
“Qué paciencia y qué corazón tiene para trabajar con estas poblaciones, que somos muy complicadas: la violencia, la baja autoestima. Está haciendo el trabajo que el Gobierno no hace”, finalizó.