La población global está envejeciendo y la proporción de personas mayores está aumentando en casi todos los países del mundo, principalmente en Latinoamérica. ¿Alguien piensa en las personas mayores de 50 años?
Hoy en día se vive más tiempo y por consiguiente se trabaja más. En el mejor de los casos, este grupo de personas lo hace por elección, pero en su gran mayoría las personas mayores de los 50 años trabajan por necesidad.
“Otro factor determinante es que la edad de jubilación ha ido incrementando paulatinamente.
En el Ecuador, actualmente, un trabajador puede acceder a la jubilación ordinaria del IESS si cumple una edad mínima de 60 años y 30 años de aportes”, explica el especialista Sebastián Lima, director Business Solutions de Adecco Ecuador.
Se prevé que para este 2024, el IESS superará los 700 mil pensionistas.
En este contexto, la situación actual de las personas mayores de 50 años y su inserción en el mercado laboral es un tema del que muy poco se habla.
Por ello, Adecco Ecuador analiza su situación, con base en su participación de un informe a nivel global, explorando nuevas ideas sobre los desafíos y las barreras laborales que enfrentan los trabajadores de más de esa edad.
El estudio local reflejó que las personas que pertenecen al grupo “mayores de 50” no cuentan con políticas de inclusión en el 75% de las empresas.
Como consecuencia, se replican ideas erróneas de que las personas más grandes no tienen conocimientos digitales, que no soportan tener un jefe más joven que ellos, que se resisten a los cambios o que aspiran a sueldos muy altos, dice el estudio.
¿Por qué es difícil que una persona de más de 50 años consiga empleo?
Ante esta consulta se obtuvieron respuestas tales como: “las empresas consideran que al ser mayores de 50 las personas ya son obsoletas”.
Además “porque las empresas prefieren talentos juniors para ahorrarse costos salariales”, “porque las empresas discriminan, creen que las personas no son capaces de abrirse”, “porque las empresas quieren personas que se adapten a su modelo, no quieren saber si tienen experiencia”, entre otros.
El edadismo sigue siendo un gran obstáculo para los trabajadores mayores.
¿Los trabajadores mayores son menos productivos?
Las encuestas de percepción social y los estudios de productividad indican que, para la mayoría de las personas, la capacidad física y mental disminuye después de los 30.
Sin embargo, con base en algunos estudios, el conocimiento y la experiencia -los principales indicadores de rendimiento en el trabajo- suelen seguir aumentando, incluso después de los 80.
De todas formas, la falta de datos y la complejidad de cuantificar el desempeño individual pueden generar percepciones erróneas sobre las capacidades y el potencial de los trabajadores mayores.
Esto genera el ambiente propicio para que surjan sesgos, estereotipos y prejuicios.
El análisis de los datos de empleo del Grupo Adecco revela que los trabajadores mayores sufren menos accidentes, ya que tienen más experiencia; derribando el mito de que es más riesgoso emplear a personas de edad más avanzada.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) también descubrió que una empresa con un 10% más de empleados de 50 años es un 1,1% más productiva.
Tener un número relativamente menor de trabajadores jóvenes (menos productivos) representa la mitad del aumento de la productividad (el 0,6%, “efecto directo”).
La otra mitad, (el 0,5%, “efecto indirecto”) tiene que ver principalmente con el mayor número de trabajadores de más edad que complementan y mejoran la productividad entre los jóvenes y los mayores.
¿Qué ocurre con las personas de este rango etario que se quedaron fuera del mercado laboral?
De acuerdo con el informe de Adecco, dentro del grupo de mayores de 50, las mujeres, los que estuvieron desempleados por mucho tiempo, los trabajadores poco calificados y de bajo nivel educativo presentan las tasas de desempleo más altas a nivel global.
Además, la población de edad avanzada está creciendo. Para el 2050, la proporción mundial de personas de más de 65 años se duplicará del 8,5% actual al 17%.
Es imprescindible examinar cómo la futura escasez de trabajadores puede crear más oportunidades para las personas mayores y afectar su necesidad de volver a capacitarse, perfeccionarse o cambiar.
En los países con una gran proporción de economía informal, como lo es Ecuador, donde las personas trabajan, pero no tienen un salario o beneficios garantizados, las desigualdades en base a la edad se amplifican aún más.
De todos los grupos etarios, las personas de más de 65 son las que presentan un mayor porcentaje de empleo informal.
No todo está perdido en Ecuador
El mercado laboral ecuatoriano, más allá de sus inconvenientes, genera también algunas oportunidades. Dentro de ese complejo marco emerge una nueva tribu constituida por profesionales mayores, que vivieron su carrera laboral en distintos sectores.
Esta vez no son sólo juniors, son Juniors de más de 40. Están comenzando a estudiar y a incorporarse al mundo de la tecnología y no vienen con las mochilas vacías, vienen con esos 40 años llenos de experiencias.
Los colaboradores de más de 50 son más comprometidos con su puesto de trabajo, garantizando menor rotación laboral en las empresas y obteniendo mejores resultados.
Este grupo de personas vienen con un bagaje de experiencias únicas que sólo el tiempo es capaz de alcanzar. Además, su madurez emocional es otra de sus virtudes, y garantiza que pueden resolver conflictos de manera adecuada.
De igual manera, podrían convertirse en grandes mentores para las nuevas generaciones, es decir, una capacitación gratuita.