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Alcanzar los 50 años de edad supone un cambio físico y psicológico para las mujeres. La disminución de la producción de estrógenos sumado al envejecimiento marcan una nueva etapa. Según los expertos, la actitud es la clave para afrontarla.

Envejecer no siempre ha recibido la misma consideración a lo largo de la historia, ya que cada época asumía de forma distinta el proceso del envejecimiento.

Variables de tipo cultural, económico, político, biológico, social, psicológico e institucional han influido en qué consideramos ser anciano. En muchos casos, ser mujer ha marcado de forma negativa esta percepción.

Sin embargo, la revolución demográfica experimentada en los últimos años en Occidente está marcando un antes y un después.

A pesar de que la barrera psicológica del medio siglo deja latente tópicos, la mentalidad de los últimos años ha cambiado la percepción de las mujeres.

Según el estudio “Rompiendo con los estereotipos establecidos” realizado en 2017 por la Plataforma Victoria de P&G, seis de cada 10 mujeres de más de 50 años considera que está en el mejor momento de su vida.

Por esta razón, se ha comenzado a hablar de “cincuentañeras” para referirse a una nueva juventud en la vida de la mujer.

Mujeres activas

Ana Calderón, fundadora de “Las Mujeres Nos Movemos”, iniciativa cuyo objetivo es incentivar a la mujer a incorporar hábitos saludables, explica a EFEsalud que “esta etapa se puede vivir de forma plena, aunque depende mucho de cómo te enfrentas a ella”.

El ejercicio físico, la alimentación saludable, la gestión emocional y el autocuidado son vitales para afrontar estos cambios, sostiene la experta.

Un encuentro con expertos en deporte y salud que dieron herramientas para que las mujeres de 50 años sepan cómo mejorar su calidad de vida.

Asimismo, se presentó el “Itinerario Saludable”, una guía gratuita para todas aquellas mujeres, especialmente mayores de 50 años, que quieran comenzar a adoptar un estilo de vida más saludable.

¿Qué supone para la mujer cumplir 50 años?

En torno a los 50, la mujer adulta sufre diversos cambios debido a la disminución de los estrógenos en el organismo y al envejecimiento, que tienen un impacto físico y psicológico.

Aunque este proceso comienza desde los 40, en esta nueva etapa se terminan de manifestar cambios importantes en el cuerpo.

Los expertos sostienen que estos cambios vendrán determinados por “cómo hayamos vivido los años de vida menstrual”.

“Se normaliza el dolor, la regla irregular o las reglas abundantes, pero esto no es normal ni saludable. Cuando tenemos alteraciones durante toda la etapa menstrual esa mujer lucha contra su cuerpo porque está débil y no se siente bien”, sostiene la doctora Nuria Lorite.

“Cuando llega la menopausia está el cambio hormonal -añade- y se dejan de tener esos problemas, pero el esfuerzo que se ha hecho previamente por estar bien y llevar el ritmo de vida actual se va a notar en la edad avanzada. Se une también que el cuerpo ya no se recupera igual”.

¿Cómo podemos afrontar esta etapa?

Un primer paso para afrontar estos nuevos cambios es respetar los ritmos y cuidarse.

“Esto significa alimentarse adecuadamente, no saltarse comidas, descansar suficiente e ir a las revisiones ginecológicas. Siempre digo también que se puede hacer una lista de cosas que nos gustan y no hemos podido hacer antes”, explica Lorite.

Mantenerse activa, tanto física como mentalmente y socialmente, debe ser una “prioridad”. Esto redunda en el bienestar mental por las hormonas y neurotransmisores y, a su vez, estamos cuidando la vejez.

La mujer de más de 50, la gran olvidada

Muchas mujeres de más de 50 años abandonan el mercado laboral por motivos personales, económicos o laborales.

Además, en el último año, se ha producido un repunte del desempleo que solo ha afectado a la mujer sénior.

La conciliación laboral, el cuidado del hogar o los prejuicios por la edad (edadismo) en las empresas frenan su contratación y su presencia en el trabajo.

Etapa de cambios

Por otro lado, la vida familiar suele cambiar en esta etapa también, puesto que los hijos se van de casa y dejan de necesitar tanto a sus padres.

Muchas madres suelen experimentar el “síndrome del nido vacío”, sensación de soledad que experimentan los padres cuando sus hijos abandonan el hogar.

“Ese tiempo anteriormente ocupado por el trabajo y la familia ahora se revierte en ti y tienes que decidir en qué quieres emplearlo. Las mujeres decimos siempre que no tenemos tiempo para nosotras, pero hay que buscar estar con nosotras mismas”, sostiene la doctora Lorite.

Por ello, Nuria Lorite defiende que debe ser una etapa para que la mujer “se cuide a sí misma y dedique el tiempo ofrecido a los demás para ella”.

“La sociedad no ha ayudado a construirnos como seres valiosos que tenemos mucho que ofrecer al mundo y a nosotras mismas. Hay que mantenerse activa socialmente y crear redes de contacto”, destaca la investigadora.

“A nivel emocional, nos va ayudar mucho estar en contacto con la sociedad -añade- y ser conscientes de que lo que le pasa a una, le pasa a otras. Podemos recuperar amistades o unirnos a grupos culturales”.

Asimismo, Lorite recuerda que se puede buscar ayuda profesional, “si es necesario” y “no es algo para avergonzarse”. La clave es “darte cuenta de que estás en una nueva etapa y vivirla plenamente”.

“Mi bisabuela se arreglaba todos los días porque quería estar bien. Mirarte al espejo y ver que eres tú y que vales es importante para la autoestima”, concluye la experta.