Chile registró este martes una tasa de positividad en las pruebas PCR del 3,2 %, el índice más alto de los últimos tres meses y medio y una señal de que el repunte de contagios que comenzó en octubre se ha afianzado pese a que el país tiene una de las tasas de vacunación más altas de mundo.
En las últimas 24 horas se produjeron 1.390 contagios nuevos y cinco fallecidos, que elevan el balance a casi 1,7 millones de infectados y 37.782 muertes totales desde la llegada del virus, de acuerdo al Ministerio de Salud.
El país llevaba desde agosto con la pandemia bajo control, pero hace un mes empezaron a aumentar los casos nuevos en paralelo al índice de positividad, que es el número de resultados positivos de todos los test PCR realizados.
En la Región Metropolitana, que alberga la capital y donde viven 8 de los 19 millones de habitantes del país, este índice fue incluso mayor (4 %), al igual que en otras dos de las 16 regiones del país.
Sin embargo, una tasa de positividad inferior al 5 % durante dos semanas seguidas es uno de los criterios epidemiológicos que establece la Organización Mundial de la Salud (OMS) para dar por controlada la pandemia.
El agravamiento también se refleja en la cifra de casos activos (que pueden contagiar), que ascendieron este martes a 11.169, una de las cifras más altas desde julio, aunque todavía se mantienen a la baja los ingresos en unidades de cuidados intensivos, que fueron menos de 500.
Chile ha desplegado una de las estrategias de vacunación más exitosas del mundo, que alcanza casi al 90 % de la población objetivo con dos dosis, en su mayoría con la vacuna china Sinovac, pero también Pfizer, AstraZeneca y CanSino.
Hasta la fecha se han administrado 5,8 millones de dosis de refuerzo, pero hay más de un millón de personas rezagadas que podían haberla adquirido y no lo han hecho, según datos oficiales.
Pese al aumento de casos, el país disfruta todavía de amplias libertades y no hay ningún municipio en cuarentena total -aunque se han restringido los aforos en algunas ciudades- y las fronteras se abrieron el pasado 1 octubre.
Con el objetivo de frenar la propagación del virus, a partir del próximo diciembre se exigirá a todos los mayores de 55 años la tercera dosis para poder usar su carné de vacunación, un pase gubernamental que permite eventos con mayores aforos y ser atendido en el interior de bares y restaurantes.