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El expolicía Derek Chauvin fue condenado este viernes a 22 años y medio de cárcel, de los que cumplirá quince, por el asesinato del afroamericano George Floyd, en un caso simbólico por las protestas raciales que desencadenó el año pasado en EE.UU., las mayores desde la década de 1960.

La sentencia se esperaba desde abril pasado, cuando Chauvin fue declarado culpable por un jurado de tres cargos: asesinato involuntario en segundo grado, penado con hasta 40 años de cárcel; asesinato en tercer grado, con una condena máxima de 25 años, y homicidio involuntario en segundo grado, que acarrea hasta 10 años de privación de libertad.

El juez del tribunal del condado de Hennepin (Minesota), Peter Cahill, explicó antes de leer el fallo que su resolución estaba fundamentada en los hechos “sobre un caso específico e individual”, y no en la opinión pública.

La sentencia “no está basada en las emociones o la compasión”, aseguró Cahill.

“Quiero hacer un reconocimiento al profundo y tremendo dolor que todas las familias están sintiendo, especialmente la familia de Floyd. Tienen nuestra compasión”, dijo, no obstante, el magistrado.

La pena. Los fiscales habían solicitado 30 años de prisión para Chauvin, mientras que su defensa había pedido la libertad condicional. La máxima sentencia que podía recibir, por ley, era de 40 años.

Al no tener antecedentes criminales, las ordenanzas de Minesota disponen que la pena tanto por asesinato involuntario en segundo grado como por asesinato en tercer grado sean de 12 años y medio.

En este caso, Cahill tenía discreción para pronunciar un fallo de entre 10 años y 8 meses, y 15 años por cada uno de esos cargos.

Tras conocerse la sentencia, el abogado de la familia de Floyd, Ben Crump, celebró la condena, “la más larga” dictada para un agente de policía en una causa de este tipo en el estado de Minesota.

Pese a reconocer que es un paso más para la rendición de cuentas, el abogado advirtió de que “no habrá una justicia real en EE.UU. hasta que los hombres negros, las mujeres negras y la gente de color no tengan miedo de ser asesinados únicamente por el color de su piel”.

Crump habló fuera del juzgado, donde había decenas de manifestantes y activistas con sentimientos encontrados, ya que algunos celebraban esta sentencia histórica en Minesota, mientras que otros todavía pedían la pena máxima.

Uno de los hermanos de Floyd, Philonise, recordó en el mismo acto que en este tiempo ha tenido ocasión de hablar con gente de África y de otras partes del mundo.

“Todos piensan igual: El color de tu piel no debería definir quién eres. Nunca debería ser un arma”, aseguró.

Biden. En la capital del país, Washington DC, uno de los primeros en reaccionar fue el presidente, Joe Biden, quien consideró “apropiada” la condena contra Chauvin, cuando fue preguntado por la sentencia poco después de que se hiciera pública.

Biden señaló en la Casa Blanca que no conocía “todas las circunstancias que se tuvieron en cuenta”, pero que, según las directrices penales para un crimen como el de Floyd, la condena “parece ser apropiada”.

Floyd murió el 25 de mayo de 2020 después de que Chauvin presionara la rodilla contra su cuello durante más de nueve minutos, en un hecho que desencadenó una ola de protestas y disturbios raciales en EE.UU. inédita desde el asesinato de Martin Luther King a finales de la década de 1960.

Chauvin habla. El juicio contra Chauvin se celebró a lo largo de seis semanas, entre marzo y abril pasados.

En la vista de este viernes, se escucharon por primera vez las palabras del expolicía, que no quiso declarar durante todo el proceso.

Chauvin aprovechó para ofrecer sus condolencias a la familia Floyd y agregó que “habrá información en el futuro que podría ser de interés: “Espero que les dé, de alguna manera, paz mental”, expresó el exagente, dirigiéndose a los parientes de la víctima.

La sesión, que duró más de una hora, fue emotiva, con la intervención de los familiares de Floyd y la madre del propio Chauvin.

Cara a cara. Abrió la vista Gianna, la hija de siete años del fallecido, quien a través de un vídeo mostrado en la sala dijo que le gustaría que su padre estuviera aquí, pero que en realidad lo estaba “a través de su alma”.

Y recordó cómo le cepillaba los dientes. “Si estuviera aquí le diría que lo quiero”, indicó la menor, preguntada por otra persona en la grabación.

Otro de los hermanos de Floyd, Terrence, exigió la pena máxima para acusado y espetó: “¿Por qué?” “¿Qué pasaba por su cabeza cuando tenía la rodilla en su cuello?”

Un poco más tarde, intervino la madre del expolicía, Carolyn Pawlenty, quien negó que su hijo sea racista.

“Quiero que esta corte sepa que ninguna de esas cosas son ciertas y que mi hijo es un buen hombre. Derek ha dedicado su vida y tiempo al Departamento de Policía, incluso en sus días de libranza”, alegó sollozando.

En sus alegatos finales, el fiscal general adjunto de Minesota, Matthew Frank, sostuvo que Chauvin abusó de su poder como agente policial el día que asesinó a Floyd.

“Este caso no es sobre agentes de policía, tampoco es sobre las prácticas de la Policía, este caso es sobre Derek Chauvin despreciando toda la capacitación que recibió, y agrediendo al señor Floyd hasta que lo asfixió hasta la muerte”, avisó.

Por su parte, el letrado de la defensa Eric Nelson hizo hincapié en “el impacto público” de esta causa, que ha estado en el “epicentro de las divisiones culturales y políticas” en EE.UU.

“Hemos intentado mantener mucho de esto fuera del juzgado durante el juicio y hacer que este caso sea sobre los hechos”, indicó.