Desde que llegó a última hora del último día del mercado de fichajes, cedido por el Barcelona, desde que reestrenó su aventura rojiblanca contra el Espanyol, aguardaba el Atlético de Madrid el resurgimiento de Antoine Griezmann, definitivo para rescatar al equipo de un naufragio sonoro en San Siro (1-2).
“Estoy muy contento por el grandísimo gol del jugador extraordinario como es Griezmann. Necesitamos más de él. Y le vamos a exigir como sabe desde que llegó”, expresó Diego Simeone, su técnico, al término del agónico triunfo en el estadio de San Siro.
En los minutos finales, en el 84, contra diez, con todo su arsenal ofensivo sobre el terreno (Luis Suárez, Antoine Griezmann, Joao Félix, Ángel Correa, Thomas Lemar, Rodrigo de Paul…), entre un ejercicio de impotencia atacante visible, también por el mérito defensivo de su adversario, apareció el ‘8’ para lograr el 1-1, cuyo valor ya era incalculable, pero lo fue aún más con el 1-2 de Luis Suárez en el minuto 96, al transformar el penalti de la victoria.
Sus dos goles, concentrados más allá del minuto 80, son vida para el Atlético, que asumió la segunda posición de la clasificación de su cuarteto. El Liverpool es el líder. Ha ganado sus dos duelos, ha marcado ocho tantos y va a toda velocidad. Será el siguiente rival del equipo por hacer de Simeone, que suma cuatro puntos, pero que todavía no es el bloque que pretende. Ni en defensa ni en ataque. El Oporto tiene un punto. Y el Milan, aún ninguno.
Nada habría sido posible sin el 1-1 de Griezmann, al que apuntaban todos los focos, sin goles ni asistencias en sus primeros cinco duelos desde su reencuentro con el Atlético y con el técnico que más brillo le dio a todas sus cualidades. No hay mejor ejemplo que los números de 2014 a 2019: los 133 goles en 257 encuentros.
“También hay una parte de razón (a las críticas), porque no estaba cómodo, no me encontraba y al final, por trabajo, por confianza de los compañeros, del entrenador que me sigue poniendo, sólo puedo mejorar. Me esperan mis compañeros, el club, los aficionados… Y estoy aquí para eso e intento llegar a mi mejor nivel lo más rápido posible”, expresó a ‘Movistar’ sobre el terreno de juego de San Siro, el mismo donde perdió una final de Champions.
El porqué de una adaptación menos veloz de la esperada está, según explicó, en el cambio que supone variar de equipo, del Barcelona al Atlético. “Al final, se ha hecho el último día (su fichaje), es otra táctica, otro vestuario, otra manera de jugar y claro que cuesta, porque al final son muchos cambios, todo diferente y hay que acostumbrarse lo más rápido posible, porque el entrenador y mis compañeros me necesitan, pero creo que noches como ésta me van a ayudar a mejorar”, abundó el atacante francés.
La efectividad de Griezmann fue absoluta en San Siro. Su único tiro fue el del gol del 1-1 en los 39 minutos y 39 segundos que tuvo de recorrido sobre el terreno de juego. Prescindió Simeone de él para el once titular, pero recurrió después al atacante, a la hora de juego para darle otro vértigo, otro fútbol, a la zozobra que sufría el Atlético, como recambio de Koke, como impulsor de un gran pase nada más salir y como salvador con el 1-1 que lo cambió todo.
“La afición, la gente, quiere verme así, como esta noche. Y es lo único que quiero, darles alegrías ahora, que se vayan a casa, a dormir felices. Es mi único objetivo volviendo aquí, hacerles felices y traer cosas muy bonitas”, prosiguió Griezmann, con “mucho respeto y admiración” por Simeone, con el que se rebusca a sí mismo. EFE