El Real Madrid disputará el miércoles ante el Eintracht en Helsinki su séptima final de Supercopa de Europa, con cuatro en su palmarés y la posibilidad de igualar a los equipos que tienen el récord, AC Milan y Barcelona, con cinco en su historial.
El último recuerdo de una Supercopa de Europa para el Real Madrid no es positivo, derrotado en Tallin por el Atlético de Madrid en la prórroga tras un empate a dos tantos.
Era su primera oportunidad de situarse en lo alto de la clasificación de equipos con más conquistas de un trofeo del que es el único club que lo logró dos ediciones de forma consecutiva, las de 2016 y 2017. Eran años donde el equipo dirigido por Zinedine Zidane hizo historia en la Liga de Campeones con tres conquistas consecutivas, cuatro en cinco ‘Champions’ en una etapa histórica.
En Tallin se le escapó el título tras remontar un golazo en el primer minuto de Diego Costa. Karim Benzema y Sergio Ramos, de penalti tras una mano de Juanfran Torres, parecían acercar el título pero de nuevo el delantero rojiblanco marcaba a doce del final, aprovechando un exceso de confianza de Marcelo. En la prórroga otro error, en esta ocasión de Varane, condenaba al equipo blanco que acababa cediendo 4-2 con los tantos de Saúl y Koke.
No es la única final de Supercopa de Europa perdida por el Real Madrid. Sus primeras experiencias en la competición no fueron buenas. En 1988 se estrenaba con derrota ante el Chelsea (1-0), con tanto del uruguayo Gustavo Poyet; y en el 2000 era el Galatasaray el que impedía el primer título madridista en la prórroga con el doblete del brasileño Jardel que dejaba en nada el gol de Raúl González (1-2).
Todo comenzó a cambiar el 30 de agosto de 2002. Cuando el torneo aún se disputaba en la sede fija del estadio Luis II de Mónaco, con el primer éxito madridista. Derrotaba 3-1 al Feyenoord en una cita marcada desde que Pauwee mandaba a la red de su propia portería un centro de Roberto Carlos. El brasileño le ponía la firma al segundo y Guti al tercero.
Pasaron doce años hasta una nueva aparición madridista en la que era su cuarta final de la Supercopa de Europa. El 12 de agosto de 2014 derrotaba con comodidad al Sevilla 2-0 con doblete de Cristiano Ronaldo. La misma final se repetía el 9 de agosto de 2016, en una cita trepidante en el Lerkendal Stadion que se llevó en la prórroga sin Cristiano Ronaldo, Gareth Bale ni Toni Kroos.
Era el estreno en partido oficial de Marco Asensio que firmaba con zurdazo a la escuadra desde 25 metros el tanto de la final, hasta que a un minuto de la conclusión de la prórroga aparecía Dani Carvajal para evitar los penaltis en una de las mejores jugadas de su carrera. El Sevilla había remontado con tantos de Franco Vázquez y Konoplyanka, pero un testarazo salvador de Sergio Ramos a los 93 minutos, igualó una cita épica.
La última conquista madridista de la Supercopa de Europa llegó ante un viejo conocido, el portugués José Mourinho, al mando del Manchester United en 2017. Casemiro e Isco, nombrado jugador de la final, convertían al Real Madrid en Skopje en el único que reeditaba éxito. Una gran cita con emoción hasta el final tras el tanto del belga Romelu Lukaku (2-1).
De esta manera, el conjunto madridista pretende dar caza a las cinco conquistas de Milan y Barcelona, dejando atrás al Liverpool, con el que está igualado con cuatro, y a Atlético de Madrid que lo consiguió en tres ocasiones. El Real Madrid es con siete finales, el segundo que más ha disputado, dos menos que el Barcelona, y su técnico, el italiano Carlo Ancelotti, el entrenador que más veces lo ganó junto a Pep Guardiola, tres ocasiones cada uno, más una ambos como jugadores. EFE