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Quito, la capital de Ecuador, vive su fiesta mayor a fuerza de música y sabor, con presentaciones artísticas y ferias gastronómicas.

Todas las actividades en Quito son organizadas para conmemorar los 488 años de su fundación española, que muchos consideran también de resistencia indígena.

Las fiestas de Quito, cuya fecha de fundación española es el 6 de diciembre, han permitido que se establezca un puente festivo de tres días, que irá hasta este lunes.

El Municipio de Quito ha planificado una infinidad de programas, aunque los vecinos añoran la tradicional carrera de coches de madera, que se ha suspendido por segundo año consecutivo.

Conocoto, en el sureste de la ciudad, indígenas del Pueblo Saraguro, una etnia kichwa que habita en el sur andino del país, realizó la ceremonia intercultural conocida como Pakay Raimy.

En el parque Itchimbía, un cerro en el centro de la ciudad, tuvo lugar el Quitofest, con la presentación de artistas nacionales y extranjeros.

Otros de los festivales musicales organizados en esta jornada fue el “Kito Underground” y el “Chillo Fest”, con la presentación de bandas de todas las parroquias de la ciudad.

Según el programa municipal, en la localidad de Alangasí, situada en el este de la ciudad, tuvo lugar el V Festival Internacional de Arpas.

La Sal Quiteña por las fiestas de Quito

Asimismo, el municipio indicó que en la calle Vaca de Castro, en el norte de la ciudad, se encendió el llamado “Vacazo”, una verbena.

Además, en el Parque Bicentenario tuvo lugar el Congreso Gastronómico “Sal Quiteña”.

También en el Museo de la Ciudad, en el casco histórico de Quito, se realizó la feria “Fiesta de los dulces, sabores que nos unen”.

Además, continúan en los barrios los torneos de “40”, un popular juego de cartas.

Así como el de la “Pelota Nacional”, un antiguo deporte que usa duras raquetas y una gran pelota.

Iglesias, museos y calles se han convertido en los escenarios para la celebración de las fiestas de la ciudad que concluirán el martes 6.

La fecha recoge la fundación española de la ciudad por parte de Sebastián de Belalcázar, en 1534, sobre las ruinas de la ciudad inca.