La muerte de tres chicas de Santo Domingo causó conmoción en la ciudad. Los cadáveres fueron hallados enterrados, uno sobre otro, maniatados, con vendas en los rostros, como si les hubieran querido tapar la boca o los ojos.
Fue una muerte violenta y la Policía lo confirmó.
Tenían ropa liviana, playera. Al parecer habían planificado algún viaje.
Ellas estaban desaparecidas desde el martes pasado. Sus fotos circularon en redes sociales, junto a números de teléfono de sus familiares.
Pero la llamada que ayer recibieron los parientes fue para confirmar una terrible noticia: la de la muerte.
El jueves pasado, al mediodía, dos pescadores que regularmente trabajan en el río Esmeraldas vieron algo sospechoso.
A las 14h15 se percataron de la presencia de lo que parecía un pie, con zapatos deportivos, que sobresalía de la tierra, cerca de la orilla del río, en un sitio conocido como Valle del Sade, perteneciente a la parroquia Malimpia, de Quinindé.
La alerta llegó a la Policía Nacional y los uniformados hicieron presencia en el sitio para verificar la novedad.
Para su sorpresa, en lugar de un cadáver, habían tres, todos de sexo femenino.
No tenían documentos ni artículos personales que les ofrecieran pistas sobre la identidad de las víctimas.
El jefe distrital de la Policía en Quinindé, Diego Velasteguí, dijo en rueda de prensa que el sitio donde estaban los cadáveres era de difícil acceso y que se presume que los pudieron haber trasladado en bote hasta ahí porque en carro no se puede ingresar.
Los cuerpos fueron llevados hasta la morgue de Esmeraldas.
Tras revisar los reportes de personas desaparecidas, la Policía dio con el nombre de una de las asesinadas, cuya denuncia había sido puesta en Santo Domingo.
De esa forma se conoció la identidad de las otras dos jóvenes y ayer se contactaron con sus familiares.
Yuliana Macías, de 21 años, vivía con su abuelita en la urbanización Los Rosales, en Santo Domingo. Hace unos días le dijo que saldría de viaje con sus amigas y así fue cuando el martes la vio por última vez.
Justamente su abuelita fue quien recibió la noticia. Las autoridades se comunicaron con ella ayer por la mañana para decirle que a la joven la hallaron sin vida en Esmeraldas.
Junto a Yuli, como cariñosamente todos le decían, estaba también Denisse Reyna, de 19 años de edad. También la asesinaron y la enterraron para no dejar rastros. Vivía en la urbanización El Portón, según confirmó una fuente cercana a la familia.
La tercera víctima responde a los nombres de Nayeli Tapia, de unos 23 años de edad, aproximadamente.
No se tuvo contacto con su familia hasta el cierre de la presente edición.
El pasado lunes, ella y Yuliana aparecieron en una fotografía publicada en Instagram, donde Yuli le agradecía por su amistad y le decía: “Sin locas amigas, no habría locos momentos”.
Se presume que el asesinato de las tres jóvenes ocurrió entre la noche del miércoles o la madrugada del jueves. La Policía no especificó qué armas se usaron para acabar con la vida de ellas. “La autopsia revelará esos detalles”, indicó.
Ayer en la noche se esperaba la llegada de los cuerpos a Santo Domingo de los Tsáchilas.
Mientras tanto, la Policía continúa con las investigaciones para saber el porqué mataron a las tres amigas y en qué circunstancias desaparecieron.