Compártelo con tus amigos:

La creación de una nueva reserva marina en Manabí es rechazada por el sector pesquero artesanal de la zona norte.

Dirigentes cuestionan la declaratoria, pues dicen que cientos de familias serán afectadas porque no podrán pescar en la nueva reserva, la cual cubre un área de 130.427 hectáreas.
Según el Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica, la reserva se extiende desde Punta Ballena (en Jama) hasta Punta San Clemente (en Sucre) y que esta contribuirá a la conservación de varias especies icónicas y en peligro de extinción, como los tiburones martillo (Sphyrna lewini), cuyos neonatos y juveniles deambulan por las aguas de la zona.

CUESTIONAN. Pablo Vélez, presidente de la Unión de Organizaciones de Pescadores Artesanales de Manabí, comentó que pese a la resolución ellos seguirán capturando especies marinas en esta área, que está dentro de las ocho millas en las que pueden trabajar.
“Tenían que haber hecho un reglamento para que se vigile la captura de ciertas especies, pero no declarar una reserva porque ahí no se podrá pescar nada a futuro”, cuestionó el dirigente provincial, quien dijo que ayer se reuniría con el gobernador de Manabí para darle a conocer su malestar.
“Todos los que están aprobando este proyecto deberán indemnizar a las familias que ya no podrán pescar en la zona, ya que ese es su único sustento económico”, manifestó Vélez, quien recalcó que allí no capturan tiburones ni otras especies que estén en peligro de extinción.
En la asociación que dirige habría unos 3 mil pescadores organizados perjudicados con la creación de la nueva reserva marina.

SORPRESA. Jesús Argüello, gerente de la Cooperativa de Pescadores Artesanales de El Matal en Jama, dijo que la noticia los tomó por sorpresa, pues comentó que el Gobierno no estaría viendo la afectación económica que causa la declaración de esta reserva a unas 300 familias del sector que viven de esta actividad.
Argüello mencionó que si la medida no es revertida, viajarán a Quito y harán una protesta frente al Palacio de Carondelet para que su preocupación sea conocida por el presidente.
Según las autoridades, la iniciativa de la reserva marina nació de pobladores locales, que vieron la necesidad de proteger el área de la amenaza de la pesca industrial. Ellos contaron con la ayuda de técnicos del ministerio, MigraMar, Conservación Internacional Ecuador y otros.