La vida de la comediante guayaquileña Belén Montero dio un giro inesperado cuando, en mayo pasado, le detectaron un tumor de 12 centímetros en el ovario izquierdo. A sus 31 años, enfrentó semanas de incertidumbre y dolor con la posibilidad latente de que se tratara de cáncer. Sin embargo, en medio del miedo encontró refugio en su pasión: la comedia. “Subía al escenario y las risas me daban fuerza, era como subir mis defensas”, recuerda.
Todo empezó con cólicos intensos y cambios de humor que no eran habituales. Los exámenes médicos encendieron las alarmas y su ginecóloga la derivó a una oncóloga. La noticia de que podía tratarse de cáncer la derrumbó momentáneamente, pero decidió mantenerse fuerte junto a su familia. Tras una cirugía realizada hace apenas cinco días, recibió el alivio más grande: el tumor no era maligno, aunque debieron extirparle un ovario. “Lloré de felicidad, estaba limpia y con vida. Nada más importaba”, confesó.
El espejo de la Flaca Guerrero
Durante su proceso, Belén prefirió no mirar de cerca el caso de María Teresa La Flaca Guerrero, diagnosticada con cáncer de ovarios y en plena batalla contra la enfermedad. “Evitaba sus publicaciones porque necesitaba proteger mi mente. Ella estaba viviendo otra realidad mucho más dura”, explicó. Sin embargo, reconoce la valentía de la presentadora, quien ha compartido abiertamente las etapas de su tratamiento, motivando a miles de mujeres a realizarse chequeos preventivos y a no ocultar su vulnerabilidad.
Una vida dedicada a la comedia
Aunque es ingeniera comercial, Belén siguió en 2019 su verdadera vocación en Buenos Aires, donde se formó en stand-up comedy, actuación y clown. Desde entonces supo que su destino estaba en el escenario y no en una oficina. La pandemia puso en pausa su carrera, pero también confirmó que hacer reír era su motor de vida.
Hoy, tras superar este duro capítulo, sueña con convertir su experiencia en un puente para ayudar a otros. Uno de sus planes es convertirse en clown hospitalaria y llevar alegría a pacientes que enfrentan enfermedades graves. Aunque debe recuperarse, ya piensa en volver a los escenarios: “Supongo que en un mes o mes y medio podré regresar, tal vez con una silla al lado, pero volveré. La comedia es mi vida y no pienso dejarla”.
Belén y María Teresa, mujeres que inspiran
Las historias de Belén Montero y La Flaca Guerrero reflejan que cada lucha es distinta, pero ambas tienen un denominador común: la resiliencia. Mientras una enfrenta la enfermedad con la fuerza del humor y otra con disciplina y transparencia, ambas envían un mensaje poderoso: la vida puede poner pruebas dolorosas, pero la valentía, la esperanza y la fe en el futuro siempre abren caminos de luz.