En Ecuador, el 60 por ciento de la agricultura familiar campesina es realizada por mujeres. Este 15 de octubre se recuerda el Día Internacional de las Mujeres Rurales.
Sin embargo, no es un secreto que las desigualdades de género, junto con un panorama económico, tecnológico y ambiental que cambia rápidamente limitan su pleno potencial, situando a las mujeres rurales por detrás de las mujeres urbanas y los hombres, afirma la ONU.
Un estudio de la FAO sugiere que, si las mujeres tuvieran el mismo acceso a recursos productivos que el hombre, instrumentos para la formación y se estimulara su participación en la toma de decisiones, la producción agrícola de los países en desarrollo aumentaría de un 2,5% a un 4% y el número de personas con hambre disminuiría un 12%.
De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT) -2019-, las mujeres realizan el 76,2% de todo el trabajo de cuidado no remunerado, dedicándole 3,2 veces más tiempo que los hombres.
“A la mujer le cuesta mucho ganar un espacio en el sector donde desee desempeñarse. Somos conscientes de las brechas y retos que aún existen, como el alto porcentaje de mujeres que tienen menores ingresos en comparación con los hombres que desempeñan una labor similar y el bajo porcentaje de mujeres propietarias de tierra, siendo estas circunstancias las que ralentizan el desarrollo del sector”, explica Yesenia Prado, coordinadora del cultivo de ornamentales y PSS en la multinacional BASF Ecuador.
Actualmente, existen diferentes iniciativas para trabajar en temas de inclusión para la mujer rural y propuestas para apoyarlas de diversas formas. “En Ecuador, por ejemplo, se ha venido trabajando en estrategias para hacer de las mujeres miembros activos en la toma de decisiones del trabajo productivo y técnico, entregando valor agregado a las labores fundamentales del campo”, agregó Yesenia Prado.
Los expertos aseguran que se puede continuar abriendo el camino para fortalecer la presencia de la mujer en el campo creando proyectos de inclusión y mesas de trabajo por cultivos. “Desde el sector empresarial nuestro compromiso está en seguir contribuyendo a mejorar las condiciones de las mujeres rurales, entendiendo que su papel es fundamental en el trabajo productivo de esta labor y en general, para el progreso del agro en el país”, destacó Prado.
Teniendo su propio ingreso la mujer puede tomar decisiones sobre gastos familiares y la educación y salud para sus hijos. Puede alimentar y educar a su familia de la manera correcta, destaca un comunicado de prensa de la multinacional BASF.