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Con el retorno a clases, es necesario que se activen protocolos de protección a estudiantes y docentes para prevenir acciones violentas.

Los actores del sistema educativo se enfrentan cada vez con más frecuencia a manifestaciones de violencia, facilitadas por vacíos en las políticas de prevención.

Así, la falta de control a los estudiantes ha llevado al hallazgo de drogas y armas dentro de las aulas, lo cual pone en peligro la integridad de alumnos, profesores y trabajadores de la unidad educativa.

La delincuencia se acerca cada vez más a las escuelas, a sabiendas de que los jóvenes son más fáciles de manipular y encauzar hacia actividades ilícitas.

“Determinar formas de prevenir el acoso escolar y otras formas menos evidentes de violencia”.

Pero también se deben determinar formas de prevenir el acoso escolar y otras formas menos evidentes de violencia que dejan secuelas sicológicas en los estudiantes.

Otro punto a combatir es la violencia sexual que implica un mayor campo, pues los perpetradores no solo pueden ser docentes o educandos, sino también trabajadores de los planteles y personas que dan servicios extras como los de transporte y alimentación.

La reciente violación de una estudiante, en Quito, de la que se acusa al conductor de una unidad de transporte escolar, debe servir de punto de partida para actuar en prevención de futuros hechos como este.

Editorial de El Diario publicado este jueves 28 de abril del 2022 en nuestra edición impresa.