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El correísmo, que desde 2007 ha ejercido una embestida frente al libre tránsito de ideas, sigue combatiendo la libertad de expresión y la crítica, pero ahora tiene nuevos aliados, los legisladores de la mayoría opositora al Gobierno.

Eso se evidenció en la votación del Proyecto de Ley para la Garantía, Promoción y Protección de la Libertad de Prensa, de Opinión, de Expresión y de la Comunicación que el Presidente Guillermo Lasso envió al inicio de su administración a la Asamblea.

Su proyecto fue rechazado, pero avanzó el informe de minoría, que aunque adornado de frases bonitas y presuntos beneficios, a todas luces es regresivo.

La norma incluye artículos que atentan contra las libertades planteando que se regrese a la ley punitiva de los viejos tiempos, que se persiga la opinión y que funcionarios públicos tengan la atribución de decidir qué es veraz y contextualizado.

“Lo aprobado ya es conocido como ley mordaza”.

El texto le otorga a la Defensoría del Pueblo un poder sancionador como la desaparecida Supercom.

El informe aprobado no se alinea a estándares internacionales de libertades, es regresivo y deroga la autorregulación de los medios contemplada en el marco legal vigente.

El presidente deberá vetar totalmente este nefasto proyecto.

Editorial de El Diario publicado este sábado 23 de julio del 2022 en nuestra edición impresa.