Es correcto que Ecuador y sus autoridades analicen y trabajen el retorno al trabajo presencial. Es necesario que ya se discuta y se debata un tema esencial para la reactivación económica y la vida misma.
Pero también es fundamental que la medida sea bien pensada y estratégicamente implementada, para que no resulte un error. Que la prisa no lleve a una equivocación, pero tampoco que el temor a una gran falla no permita hacer algo si es lo correcto.
Se debe analizar bien la realidad sanitaria, las cifras de la vacunación, las condiciones de los espacios laborales, las fórmulas de movilidad de las personas que se reintegrarán a sus trabajos y muchas otras aristas.
Mirar experiencias en otros países puede servir para no cometer errores.
Santiago de Chile tiene un alto porcentaje de vacunación, se reactivó y debió recurrir a un nuevo confinamiento.
Los niveles de inmunización que tiene esa capital sudamericana no los tiene ninguna ciudad ecuatoriana, por lo que hay una desventaja a primera vista. ¿Qué falló allí? ¿Qué se puede corregir acá? hay que evaluarlo.
“Que la prisa no lleve a un error, pero que el miedo tampoco impida hacer algo, si es correcto”.
Como no se conocen los detalles del plan de retorno hay poco que objetar o que apoyar, pero que quede claro; hay que empezar a trazar un horizonte, porque es un tema crucial y básico.
Si se acierta, será un paso importante, si se comete un error, el precio podría ser muy caro.
Editorial de El Diario publicado este sábado 19 de junio del 2021 en nuestra edición impresa.