Aunque parezca increíble, más de 400 comunidades de Manabí viven sin acceso a la energía eléctrica por el centralismo y la falta de atención a los pedidos de los ciudadanos.
Se trata de sectores rurales, algunos ubicados en zonas de acceso difícil, pues a más de la electricidad les hacen falta buenas vías y servicios básicos adecuados.
En gran parte de esto el responsable es el centralismo, pues las decisiones sobre a qué sectores atender y con cuánto presupuesto no se toman en Manabí sino en Quito, desde donde no se conocen plenamente las necesidades locales, más que por informes y referencias, muchas veces empujados por intereses políticos.
“Decisiones sobre a qué sectores atender y con cuánto presupuesto no se toman en Manabí”.
Hay comunidades cuyos dirigentes llevan décadas gestionando la extensión de la cobertura eléctrica hacia sus sectores, pero no reciben atención. Entonces, se condena a los pueblos a alumbrarse en forma rudimentaria y con el peligro de accidentes.
Las autoridades de la Cnel deberían darle a la unidad de negocios de Manabí mayor autonomía para que decida a qué lugares extender el servicio, con base en las necesidades y a los recursos existentes.
Editorial de El Diario publicado este miércoles 16 de noviembre del 2022 en nuestra edición impresa.
