El Gobierno podría aprovechar el censo de población y vivienda de este año para sincerar las cifras de familias que resultaron damnificadas por el terremoto de abril del 2016 en Manabí y Esmeraldas.
El problema no ha sido solucionado, pues, aunque parezca increíble, todavía hay cientos de personas que viven en las mismas casas endebles que levantaron en áreas comunales, zonas de riesgo y en terrenos particulares, debido a la falta de una ayuda oportuna.
No se entiende por qué el Ministerio de Vivienda no tiene ni siquiera el registro de las personas que fueron incluidas en la lista de damnificados, ni de quienes quedaron con sus casas sin terminar.
“Todavía hay cientos de personas que viven en casas endebles levantadas tras el sismo”.
Mucho menos podría saber cuántos quedaron sin ser incluidos en los listados oficiales porque, a criterio de los funcionarios, no reunían condiciones para considerarlos afectados.
En toda la provincia hay casos de personas que llevan seis años viviendo en condiciones deplorables.
Si bien el actual gobierno no es el responsable directo de los errores que se cometieron en el pasado, debería remediar esta ineficiente gestión de sus antecesores, pues la mayoría de los que aún son damnificados son familias que apenas tienen recursos para la supervivencia.
Editorial de El Diario publicado este lunes 25 de julio del 2022 en nuestra edición impresa.