El amplio terreno del complejo refinador del Pacífico o Refinería de Manabí, algún momento debe aprovechado de alguna forma.
El proyecto resultó fallido después de que se descubrieran una serie de irregularidades que incluían sobreprecios.
Se trata de una explanada de 500 hectáreas ubicada en el sector El Aromo, en la zona rural de Manta.
Allí se ha propuesto ubicar, después de que se conociera la inviabilidad de la refinería en Manabí, un complejo alimentario y un grupo generador de energía solar.
Un espacio como ese no puede continuar desperdiciado, convertido, como hasta hace poco, en pista de aterrizaje de avionetas clandestinas, o en escenario de asesinatos.
Debería prestar alguna utilidad, incluso para que el Estado recupere algo de los 1.500 millones de dólares que, se asegura, se invirtieron en obras.
“El acueducto debe entregarse a una mancomunidad”.
Es cierto que, antes, deben cumplirse algunos pasos, entre ellos la liquidación de la empresa que crearon los gobiernos de Rafael Correa y Hugo Chávez, de Ecuador y Venezuela, para gestionar la refinería.
También, debería decidirse la entrega del acueducto que llega desde la presa La Esperanza, a una mancomunidad, con miras a que no deje de abastecer de agua cruda a las plantas de potabilización de Manta, Jaramijó y Montecristi.
Actualmente en la zona funciona una escuela de Policía, que en algo aprovecha la inversión de un complejo habitacional hecho en su momento para obreros.
Editorial de El Diario publicado este lunes 2 enero del 2023 en nuestra edición impresa.