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Hay que mirar con mayor atención y acciones concretas la minería ilegal.

Esta actividad que se ve lejana y que muchas veces resulta desconocida para muchos porque ocurre en lugares distantes y de difícil acceso, está trayendo serias complicaciones.

Varios expertos alertan del peligro de esta actividad en Ecuador, y pese a eso el control es deficiente y el problema crece. No es un asunto sencillo, porque de este grave problema se derivan otros grandes inconvenientes.

El daño forestal está destruyendo la flora y la fauna, pero además, las fuentes de agua. Esto último está complicando la sequía y contribuye a que los ríos se sequen y contaminen por la minería.

Esto también contribuye con el alejamiento de las lluvias y ese déficit hídrico es una de las causas de la crisis eléctrica que tiene complicado al país.

Además, la minería ilegal, es manejada, según los reportes de inteligencia, por grupos delictivos que financian desde estas operaciones clandestinas otras actividades como el narcotráfico, tráfico de personas y el secuestro.

Además, pasando por la compra de armas para equipar sus grupos delictivos y de choque.

A todo esto hay que agregar que mucho dinero que podría servir para hacer obras no ingresa al Estado en forma de impuestos.

Editorial de El DiarioPublicado el 28 de septiembre del 2024 en nuestra edición impresa.