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El Estado no tiene que convertirse en regulador de los precios de los productos alimenticios, pero sí debe aplicar políticas de incentivo a los productores.

En los días recientes, la elevación de los precios en algunos productos como el arroz y algunos vegetales ha motivado el pedido de que el Estado intervenga para evitar más alzas.

El sistema económico de libre mercado determina que los precios se rigen por factores como la ley de la oferta y la demanda.

Si hay suficiente producto, los precios se mantienen o bajan; si no hay, se incrementan.

Bajo estas condiciones, el rol del Estado debe ser la implementación de medidas para hacer frente a la escasez.

“La intervención estatal puede desestimular a los productores y acentuar la escasez”.

Si tiene que controlar algo, es que no haya especulación.

Algunas medidas que pueden aplicarse son la reducción de impuestos y aranceles a insumos, equipos y materiales dirigidos a los sectores primarios de la producción; la agilización de las importaciones; la facilidad para importar los productos que escasean; la eliminación de barreras de ingreso.

La regulación oficial de precios se convierte en una camisa de fuerza capaz de desestimular a los productores y acentuar los problemas de escasez.

Entonces, el remedio puede ser peor que la enfermedad.

Editorial de El Diario publicado el jueves 15 de junio del 2023 en nuestra edición impresa.