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La prevención de desastres, que se ha convertido en un motivo de preocupación, sobre todo ahora, cuando se habla del fenómeno El Niño.

La prevención de desastres, es una tarea de todos y no únicamente de las autoridades o de las instituciones públicas.

Sin embargo, son los poderes públicos los que deben motivar y organizar a las comunidades para que su contribución sea efectiva y no responda a iniciativas aisladas cuyos resultados pueden diluirse.

El fenómeno El Niño puede tener consecuencias fatales.

La intensidad de las lluvias, las inundaciones, los deslizamientos de tierra y otros desastres asociados a este evento climático han causado pérdidas humanas y materiales significativas en el pasado.

Es crucial que la población se prepare adecuadamente y se tomen medidas preventivas para minimizar su impacto.

Cada ciudadano debe sentirse responsable por la conservación de las obras de drenaje y por la preservación ambiental en su entorno.

Además, se deben vigilar factores como el saneamiento y la seguridad.

Desde luego, es importante que haya recursos.

De nada servirá que los ciudadanos colaboren si el Estado no coordina ni apoya el trabajo de la población, con maquinarias donde sea necesario, con la recolección oportuna de los desperdicios y con obras de emergencia donde se requieran.

Editorial de El Diario publicado el viernes 23 de junio del 2023 en nuestra edición impresa.